De
Llamada Al Yeti. (1957)
NADA
DOS VECES.
Nada
sucede dos veces
ni
sucederá, y por eso
sin
experiencia nacemos
sin
rutina moriremos.
En
esta escuela del mundo
ni
siendo malos alumnos
repetiremos
un año,
un
invierno, un verano.
No
es el mismo ningún día,
no
hay dos noches parecidas,
igual
mirada en los ojos,
dos
besos que se repitan.
Ayer
mientras que tu nombre
en
voz alta pronunciaban
sentí
como si una rosa
cayera
por la ventana
Ahora
que estamos juntos,
vuelvo
la cara hacia el muro.
¿la
rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Cómo
una flor o una piedra?
Dime
por qué, mala hora,
con
miedo inútil te mezclas.
Eres
y por esos pasas.
Pasas,
por eso eres bella.
Medio
abrazados, sonrientes,
buscaremos
la cordura,
aunque
somos diferentes
cual
dos gotas de agua pura.
Traducción:
Gerardo Beltrán.
De
SAL. (1962)
VELADA
LITERARIA.
Musa,
no ser un púgil es como no ser nadie.
Nos
escamoteaste un público vocinglero.
En
la sala hay una docena de personas,
es
hora de comenzar.
La
mitad vino por que llueve,
los
demás son parientes. Musa.
Las
mujeres están prestas a desmayarse en esta tarde de otoño,
y
lo harán pero sólo en el combate de boxeo.
Sólo
allí habrá escenas dantescas.
Y
un tomar los cielos. Musa.
No
ser un púgil, ser un poeta
con
un veredicto condenado a duros Norwid*
y
a falta de músculos enseñar al mundo
-en
el mejor de los casos-
una
futura lección escolar.
Oh
Musa, Oh Pegaso,
ángel
ecuestre.
En
la primera fila un viejecito dulcemente sueña
que
su difunta mujer salió de la tumba
para
prepararle una tarta de ciruelas.
Con
este fuego -poco, para que la tarta no se queme-
comenzamos
la lectura. Musa.
*Por
Cyprian Norwind, poeta finisecular polaco, típico ejemplo del autor
más valorado por la crítica posterior que por el público de su
tiempo.
Traducción:
Xaverio Ballester.
MIEDO
ESCÉNICO.
Poetas
y escritores.
Porque
así es como se dice.
Los
poetas entonces no son escritores, sino qué.
Al
poeta la poesía, al escritor la prosa.
En
la prosa puede haber de todo, hasta poesía,
en
la poesía tiene que haber sólo poesía.
Según
el cartel que la anuncia
con
una enorme P de trazos modernistas,
inscrita
en las cuerdas de una lira alada,
tendría
yo que volar y no entrar caminando.
¿Y
no sería mejor descalza
que
con estos zapatos de oferta,
sustituyendo
torpemente a un ángel
entre
taconco y rechinado?
Si
al menos fuera más larga mi falda, con más vuelo,
y
si no sacara yo los poemas del bolso sino de la manga,
fiesta,
desfile, gran ocasión,
pim
pam pum,
ab
ab ba.
Allá
en el escenario acecha una mesita
un
tanto espiritista y de patas doradas,
y
sobre la mesita humea un candelabro.
De
eso se desprende
que
tendré que leer a la luz de las velas
lo
que escribí a la luz de una simple bombilla
tac
tac tac a máquina.
Sin
preocuparme de antemano
si
esto es poesía
y
que poesía,
si
de esa en la que la prosa está mal vista,
si
de esa que es bien vista en prosa.
Pero
cuál es la diferencia,
si
sólo se aprecia en la penunbra
sobre
un fondo de cortinas rojas
con
flecos morados.
Traducción:
Gerardo Beltrán.
De
Poemas Nuevos.
LAS
TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS.
Cuando
pronuncio la palabra Futuro,
la
primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando
pronuncio la palabra Silencio,
lo
destruyo.
Cuando
pronuncio la palabra Nada,
creo
algo que no cabe en ninguna no existencia.
WISLAWA
SZYMBORSKA.
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