lunes, 30 de abril de 2012

CRUZ DE SOMBRA. / DORA CASTELLANOS.


La tierra del Señor es tan hermosa:
brilla el sol, corre el agua, pasa el viento.
Crecen los árboles en goce lento.
Es un fruto maduro cada rosa.

Porque llevo un dolor y sólo miro
la llaga oculta de mi sufrimiento,
en desolado, en áspero lamento
se me quiebra la voz cuando suspiro.

Tan sólo mi dolor es verdadero.
La rosa me traiciona en cada esquina,
con espinas en todo lo que quiero.

Abandono el alero de la casa
y oscurece mi sol la golondrina
con una cruz de sombra cuando pasa.
 
DORA CASTELLANOS.
 
Poeta colombiana nacida en Bogotá en 1924. Desde muy joven se inició en la poesía publicando su primer libro cuando apenas tenía quince años. Ha trabajado activamente en el campo periodístico y es autora de varios cuentos didácticos para niños de la segunda infancia y de la preadolescencia. Ha pertenecido en varias ocasiones al cuerpo diplomático, obtuvo el premio Simón Bolívar y se constituyó en la primera mujer elegida para formar parte de la Academia Colombiana de la Lengua. De sus obras se destacan: «Verdad de amor», «Luz sedienta», «Hiroshima amor mío», «Zodíaco del Hombre», «La Bolivariada» y «Con luz de tus estrellas».

miércoles, 25 de abril de 2012

POEMAS DE WISLAWA SZYMBORSKA II.


De El Gran Número. (1976)

AGRADECIMIENTO.
Debo mucho
a aquellos que no quiero.

El alivio con el que acepto
que sean más cercanos a otro.

La alegría de que yo no sea
el lobo de sus ovejitas.

La paz sea con ellos,
y mi libertad con ellos,
y eso el amor ni lo puede dar
ni tomarlo sabe.

No les espero
desde la ventana hasta la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol,
comprendo
lo que el amor no comprende,
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.

Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino, simplemente, algunos días o semanas.

Los viajes con ellos son siempre un acierto,
con ciertos oidos,
catedrales visitadas,
paisajes nítidos.

Y cuando nos separan
siete montañas y ríos,
son montañas y ríos
muy familiares del mapa.

Es mérito suyo,
que yo viva en tres dimensiones,
en un espacio no lírico y no retórico
con un horizonte, por móvil, real.

Ellos mismos no saben
cuánto llevan en sus manos vacías.

No les debo nada”-
diría el amor
sobre esta cuestión abierta.
Traducción: Elzbieta Bortkiewicz.

LA MUJER DE LOT.
Miré atrás dicen que por curiosidad.
Más, curiosidad aparte, pude haber tenido otras razones.
Miré atrás de pena por la fuente de plata.
Por descuido, mientras ataba la correa de mi sandalia.
Para no mirar más el cogote justo
de mi esposo, Lot.
Por la súbita certeza de que, si muriera,
ni siquiera se habría detenido.
Por la desobediencia de los sumisos.
A la escucha de la persecución.
Tocada por el silencio, esperando que Dios cambiará de parecer.
Nuestras dos hijas ya desaparecían detrás de la cima de la colina

Sentí la vejez en mí. La lejanía.
La vanidad de la andadura. El sueño.
Miré atrás al poner el hatillo sobre el suelo.
Miré atrás por temor a dónde dar el paso.
En mi sendero aparecieron serpientes,
arañas, ratones, polluelos de buitres.
Ya ni lo bueno ni lo malo. -Simplemente, todo lo vivo,
reptaba y saltaba en pánico colectivo.
Miré atrás por mí soledad.

Por vergüenza de estar huyendo a hurtadillas.
Por ganas de gritar, de volver.
O quizá sólo cuando arrecío el viento,
soltó mi cabello y me levantó el vestido.

Sentía que me miraban desde las murallas de Sodoma
y rompían en carcajadas sonoras, una y otra vez.
Miré atrás por rabía.
Para saciarme de su gran perdición.
Miré atrás por todas las razones arriba expuestas.
Miré atrás de forma involuntaria.
Fue sólo una piedra la que giró rugiendo bajo mi cuerpo.
Fue una gran grieta la que, de súbito, me cercó el camino.
En el borde un hámster se agitaba sobre sus dos patas.
Y fue entonces cuando ambos miramos atrás.
No, no. Yo seguí corriendo,
arrastrándome y levantando el vuelo,
hasta que la oscuridad cayó del cielo,
y con ella la gravilla ardiente y las aves muertas.
Por falta de aliento giré repetidas veces.
Quien lo viese habría pensado que bailaba.
No descarto que tuviera los ojos abiertos.
Es posible que me desplomara con el rostro vuelto hacia la ciudad.
Traducción: Elzbieta Bortkiewicz.

UTOPÍA.
Isla en la que todo se aclara.

Ahí se puede arribar a pruebas firmes.

No hay más caminos que aquellos de llegada.

Las zarzas se doblan por el peso de las respuestas.

Crece ahí el árbol de la Suposición Correcta
con sus ramas eternamente desenredadas.

Y deslumbrantemente recto el árbol de la Comprensión
junto a una fuerte llamada Ah, De eso Se Trata.

Cuanto más denso se hace el bosque, más amplio aparece
el Valle de la Evidencia.
Si hay alguna duda, el viento la disipa.

E l eco de ninguna voz toma la palabra
y aclara con entusiasmo los secretos de los mundos.

A la derecha, la caverna en la que se encuentra el sentido.

A la izquierda, el lago de la Cinvicción Profunda.
Del fondo se desprende la verdad y sale sin más a la superficie.

Domina el valle la Seguridad Inquebrantable.
Desde su cima se extiende la Esencia de las Cosas.

A pesar de sus encantos, la isla esta desierta,
y las pequeñas huellas de pasos que se ven en sus orillas
se dirigen hasta el mar sin excepción.

Como si de ahí solamente se saliera
para hundirse irremediablemente en el abismo.

En una vida inconcebible.
Traducción: Abel A. Murcia S.
 
WISLAWA SZYMBORSKA. 

martes, 24 de abril de 2012

POEMA DE DAMASO ALONSO III.


LOS INSECTOS.

Me están doliendo extraordinariamente los insectos,

porque no hay duda estoy desconfiando de los insectos,

de tantas advertencias, de tantas patas, cabezas y esos ojos,

oh, sobre todo esos ojos

que no me permiten vigilar el espanto de las noches,

la terrible sequedad de las noches, cuando zumban los insectos,

de las noches de los insectos,

cuando de pronto dudo de los insectos, cuando

me pregunto: ah, ¿es que hay insectos?,

cuando zumban y zumban y zumban los insectos,

cuando me duelen los insectos por toda el alma,

con tantas patas, con tantos ojos, con tantos

mundos de mi vida,

que me habían estado doliendo en los insectos,

cuando zumban, cuando vuelan, cuando se chapuzan en el agua, cuando...

¡ah! Cuando los insectos.



Los insectos devoran la ceniza y me roen las noches,

porque salen de tierra y de mi carne de insectos los insectos.

¡Disecados, disecados, los insectos!

Eso: disecados los insectos que zumban, que

comían, que roían, que se chapuzan en el agua,

¡ah, cuando la creación! el día de la creación,

cuando roían las hojas de los insectos, de

los árboles de los insectos,

y nadie, nadie veía a los insectos que roían,

que roían el mundo.

El mundo de mi carne (y la carne de los insectos),

los insectos del mundo de los insectos que roían.



Y estaban verdes, amarillos y de color

de dátil, de color de tierra seca los insectos,

ocultos, sepultos, fuera de los insectos y dentro

de mi carne, dentro de los insectos y fuera de mi alma,

disfrazados de insectos.

Y con ojos que se reían y con caras que se reían y patas

(y patas, que no se reían), estaban los insectos

metálicos royendo, royendo y royendo mi alma, la pobre,

zumbando y royendo el cadáver de mi alma que no zumbaba y que no roía,

royendo y zumbando mi alama, la pobre, que no zumbaba, eso no,

pero que por fín roía (roía dulcemente),

royendo y royendo este mundo metálico y estos

insectos metálicos que me están royendo el mundo de pequeños insectos,

que me están royendo el mundo y mi alma,

que me están royendo mi alma toda hecha de pequeños insectos metálicos,

que me están royendo el mundo, mi alma, mi alma,

y, ¡ah! Los insectos,

y, ¡ah! Los p... insectos.

DAMASO ALONSO.

De: Los Hijos de la ira.

lunes, 23 de abril de 2012

KO UN, NOTAS Y POEMAS II.

Ko Un: ¡tantos poetas diferentes!

Monje-poeta antes de 1962, poeta nihilista hasta 1972, disidente y poeta hasta la década de 1980, pero luego, sin duda, simplemente, poeta, poeta mayor, destacado poeta, hasta la actualidad. Tal vez la posteridad sólo tiene derecho a otorgar el título final de "gran poeta." Él tiene, sin duda derecho a ser llamado "Poeta Nacional de Corea." Así como el poeta laureado norteamericano Robert Hass, ha señalado, lo que es asombroso acerca de la escritura de Ko Un el es la forma en que se ha reinventado a sí mismo en cada década.

La mayoría de los poemas que escribió en el primer periodo, de 1952 a 1962, mientras que él era un monje profundamente comprometido con la extremadamente difícil , práctica del zen se esfuerza por representar la naturaleza inútil y transitoria de la vida. Los poemas están absortos por las enfermedades, las heridas psíquicas y la muerte, mientras que ellos están marcados por una sensibilidad muy estetizante con matices simbolistas. El poeta trata de explorar el significado de la culminación inescrutable de la vida en términos de la muerte. Son profundamente budistas y exasperantemente humanos.

En el período comprendido entre 1962 a 1972, la principal novedad que surge es una sensación de naturalidad y espontaneidad. En este período, su manera de ver las cosas es oscura y nihilista, llena de desesperación y el abandono de uno mismo. No es de extrañar, que este período culminó con un intento de suicidio que casi tuvo éxito.

Los poemas escritos entre 1973 y 1983, los años de agitación social, el movimiento pro-democracia se hizo cada vez más intensa, muestran una nueva transformación en la poética de Ko Un. Empiezan a estar marcada por la conciencia trágica de la historia de Corea, que está profundamente arraigada en su agudo sentido de la condición miserable de los coreanos en el siglo XX.

Desde 1983, después de sus años en prisión, Ko Un comenzó a escribir numerosos poemas, entre ellos los de varios volúmenes de “Diez Mil Vidas” y “La Montaña Paektu. Detrás de estos están los efectos de los acontecimientos relacionados con el Kwangju, movimiento pro democracia de mayo de 1980, cuando cientos de ciudadanos fueron asesinados por las tropas del ejército de Corea, el encarcelamiento del poeta y de su confrontación con la muerte. Confinado en una sección especial de una prisión militar, concibió una vasta serie de viñetas narrativas llamadas “Diez Mil Vidas”, que todavía está en marcha, para representar a todas las personas que había conocido. Asimismo, decidió escribir una epopeya en varios volúmenes del Movimiento de Independencia de Corea bajo el dominio japonés, “La montaña Paektu”.

Casi cuarenta libros que ha publicado desde entonces. Un crítico, una vez lo llamó "una gran explosión de poesía." Muchos críticos llaman la atención especialmente a el lenguaje en las dos epopeyas grandiosas, calificándolo de un "lenguaje de la liberación" el lenguaje que es popular es abundante, locuaz pero, no desordenado, calmo, pero escueto , y claramente expresivo. Robert Hass ha dicho de “Diez Mil Vidas” que se trata de "uno de los proyectos más extraordinarios de la literatura universal en esta parte del siglo." Más tarde, Hass también escribió en The Washington Post que los poemas son "sorprendentemente ricos. Anecdóticos, demóticos, llenos de detalles de la vida de las personas, no son como cualquier otra cosa que he encontrado en la poesía coreana ".

El agudo sentido de Ko Un de la historia y el amor por su pueblo y el país se han convertido en uno de sus sueños para ver una Corea unificada. Desde 1970 ha estado escribiendo poemas sobre la unificación de Corea. Él ya había visitado Corea del Norte antes de que él acompañó al Presidente Kim a la cumbre de la reunificación histórica, y el resultado fue un volumen de poemas, del Sur y del Norte (2000). Junto con su deseo ardiente de paz del país, desde los años 1990, su poesía aspira a alcanzar un vasto mundo abierto de la armonía, la liberación y el amor en el que pueda abrazar a todos los seres en compasión. La mente de Ko Un está siempre alerta, y confiesa que hay más cosas que dejó de escribir de lo que hasta ahora ha escrito.

En el prólogo a la colección Sea Diamond Mountain, Ko Un, dice de su sentido de la creación poética: "Si alguien me abre la tumba unos pocos años después de mi muerte, ella se encontrará llena, no de mis huesos, pero sí de poemas escritos en esa oscura tumba .... ¿Estoy muy apegado a la poesía? Debido a que mis poemas existen lado a lado con una despedida a la poesía, mi apego es un aspecto de la liberación de la poesía. "Él quiere hacer de toda su vida, hasta su tumba, un poema, mientras se negaba a dejar ser encarcelado por el esfuerzo de escribir poesía como un fin en sí mismo.

Tomado de: koun.co.kr

ROCÍO MATUTINO.

El éxtasis sin palabras:

mi deseo ardiente, al final,

vuelve a ser una gota del rocío matutino.

ARREBATO DE LA NOCHE.

¿Estás durmiendo, madre?

¿No estás dormida? ¿Estás segura?

Todas las cosas que fluyen

por el día, por la noche

están quietas ahora.

¿Cuán lejos, me pregunto, han ido

los murmullos del agua

que he oído todo el otoño?

Frío, sí, más lleno de alegría.

Muy pronto, en la profunda oscuridad,

verás mi corazón reflejado en el murmullo del agua

levantándose dentro de mí.

PARA MÍ.

¡No me cubras los ojos para matarme!

Me muero de pie.

Acusado injustamente en esta bella tierra,

me muero de pie.

No llamaré a mi madre

ni grtaré a nadie.

Cuanto más espantosa es la muerte,

más lujosa es.

La muerte no es la derrota,

ni deshonra, ni senilidad.

Debería ser una flor roja;

un jacinto blanco.

Debería ser la oscuridad de esa filosofía

que es como un acantilado en la oscura noche.

¡Dispara ahora mismo, dispara!

Cinco balas desde un M16,

entonces golpe de gracia.

Este es el único momento

en nuestra historia del país;

es cuando puede ser artista.

¡Disparamé ahora!

¡Dispara!

¡No me cubras los ojos!

Vivo con los ojos,

con los ojos me muero.

SENSACIONES EN EL TEMPLO DE LA MONTAÑA.

Allí ariiba libélulas arrogantes;

el cielo está cayendo

en mi frente, lágrimas;

no, lágrimas cayendo.

No había un soplo de aire,

ni pensaba en la brisa;

las hojas del árbol están cayendo.



Con los ojos del ciego

viendo ahora por primera vez;

un corazón vacío

da a luz a otro corazón vacío.



El futuro de aquel monje anciano

está en el cielo nacido en su espalda.



Con la campana arrogante del viento otoñal

la noche llega al patio.



ZUMBIDO DE INSECTOS.

Todo el follaje otoñal ha caído;

las ramas extendidas están desnudas.

¿Fluye el arroyo subterráneo en tal estación?

Un sonido sorpresivo me despierta del sueño

como agua que se va corriendo en lo subterráneo;

se desvanece el zumbido en la noche azul y profunda.

Cuando trato de volver a dormir, lo oigo de nuevo

no con los oídos

sino con los ojos.

El zumbido del insecto en mis ojos

¡tan profundo grito!

No oídos;

no sonidos.

Se rompe el alba por la noche de los ojos.

EL CORAZÓN DEL POETA.

Un poeta nació en una grieta de crímenes,

hurto, asesinato, fraude o violencia,

en un rincón recóndito del mundo.



Primero, las palabras del poeta van deslizándose

a las grietas de duras maldiciones y de juramentos ilícitos,

todos oídos en los barrios pobres y peligrosos,

los que dominan la sociedad por un tiempo.



Luego, el corazón del poeta forma un sencillo grito

desde todas las verdades que hay hoy en día,

las que se resuman por las grietas de maldades y mentiras,

en las que fue golpeado hasta la muerte por las duras mentes de otros.



El corazón del poeta está condenado, seguramente.
KO UN.

Seis poemas tomados de: “El Cielo de Salamanca”, Revista cultural euroamericana, 2002, número 4.

viernes, 20 de abril de 2012

POESÍA DE FRANCES ELLEN WATKINS HARPER.

APRENDIENDO A LEER.

Muy pronto los maestros yanquis
Bajaron y crearon la escuela;
Pero, ¡oh! cómo lo hicieron los Rabinos, lo odio, -
me opuse a su gobierno.

Nuestros maestros siempre tratan de ocultar
de nuestros ojos el libro de aprendizaje;
El conocimiento no esta de acuerdo con la esclavitud
Nos haría muy sabios.

Pero algunos de nosotros trataríamos de robar
Un poco del libro.
Y juntar las palabras,
Y aprender por las buenas o por las malas.

Recuerdo que el tío Caldwell,
Quién tomó licor del pote de grasa
Y engraso las páginas de su libro,
Y se escondió en su sombrero.

Y había visto a su amo
Las hojas sobre su cabeza,
Había pensado que los papeles grasientos,
Pero nada que leer.

Y allí estaba el señor Ben Turner,
Quién oyó el hechizo de los niños,
Y escogió las palabras correctas del corazón,
Y aprendió a leerlas bien.

Bueno, la gente del Norte enviaron
a los profesores yanquis abajo;
Y de pie nos ayudaron,
Aunque los amos le hicieron mofa y fruncieron el ceño.

Y yo anhelaba leer mi Biblia,
Por las preciosas palabras que dice;
Pero cuando empecé a aprender,
La gente se limitó a sacudir la cabeza,

Y dice que es inútil tratar,
¡Oh! Chloe, que es demasiado tarde;
Pero a medida que se elevaba sesenta,
No tenía tiempo para esperar.

Así que me dio un par de gafas,
Y luego me fui a trabajar,
Y nunca me detuve hasta que pude leer
Los himnos y el Testamento.

Entonces tuve una pequeña cabaña
Un lugar para llamarlo mio
Y me sentí independiente
Como la reina en su trono.

CANCIONES PARA EL PUEBLO.
Permítanme hacer las canciones para el pueblo,
Canciones para el viejo y el joven;
Canciones para agitar como un grito de batalla
Dondequiera que se canten.
No para el choque de sables,
Para la carnicería, ni para la lucha;
Pero las canciones son para emocionar los corazones de los hombres
Con una vida más abundante.
Permítanme hacer canciones para los cansados,
En medio de la fiebre por la vida y por la preocupación,
Hasta que el corazón relaje su tensión,
Y para los frentes atravesados, endurecidos y olvidados.

 

Déjame cantar para los niños pequeños,
Antes de los pasos perdidos,
Himnos dulces de amor y deber,
Para flotar sobre la carretera de la vida.
Cantaría para los pobres y los ancianos,
Cuando sus ojos se oscurezcan por las sombras;
De las mansiones brillantes y tranquilas,
Donde no habrá noche.
Nuestro mundo, tan gastado y cansado
Con La necesidad de música, pura y fuerte,
Para silenciar el sonido metálico y las discordias
Del llanto, el dolor, y el mal.
Música para calmar todo su llanto,
Hasta la guerra y el crimen cesará;
Y los corazones de los hombres se harán tiernos
Rodeando al mundo de paz.

SEPULTAME EN UNA TIERRA LIBRE.

Hazme un sepulcro donde tu quieras,
En un llano humilde, o en una colina elevada;
Hazla entre las más humildes tumbas de la tierra,
Pero no en una tierra donde los hombres son esclavos.

No podría descansar si alrededor de mi tumba
Escucho los pasos de un esclavo tembloroso;
Su sombra sobre mi tumba silenciosa
Se convertirá en un lugar de tristeza terrible.

No podría descansar si escucho las pisadas
De una pandilla de esclavos llevados al matadero,
Y el grito de la madre en desesperación salvaje
Que se levanta como una maldición en el aire temblando.

No podría dormir si viera el látigo
Bebiendo su sangre en cada herida terrible,
Y vería a sus bebés arrancados de su pecho,
Al igual que palomas temblorosas en su nido progenitor.

Me estremezco y me sobresalto si Escucho en la bahía
A los sabuesos apoderarse de su presa humana,
Y escucho al cautivo defenderse en vano
A medida que es obligado de nuevo a su cadena mortificante.

Si he visto niñas en los brazos de su madre
En permuta y venta de sus encantos juveniles,
Mi ojo brillará con una llama triste,
Mi mejilla de un pálido de muerte se enrojece de vergüenza.

Dormiré, queridos amigos, donde pueda abotargarme
Donde no pueda robarle a nadie su más querido derecho;
Mi descanso sera calmo en cualquier sepulcro
Donde no se puede llamar a su hermano esclavo.

No pido un monumento, erguido y de nobleza,
Para detener la mirada de los transeúntes;
Todo lo que mi anhelante espíritu ansía
Es que no me sepultes en un país de esclavos.


FRANCES ELLEN WATKINS HARPER (1824-1911).


Harper se ganó la independencia financiera y la aclamación nacional con su poesía, ensayos, ficción y lecturas públicas y conferencias en nombre de la igualdad racial, los derechos de las mujeres y los de los niños, la moral cristiana y la templanza.

Traducción literal del inglés por: Juan Diego Amoroz E

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