jueves, 28 de septiembre de 2017

DOS POEMAS DE JULES DEELDER.

SI.

Si alguien afirma
que Madagascar
está situada en el océano Atlántico

no se tomen
la molestia de
corregirlo:

la situación
de Madagascar
no por ello
cambiará.

A DIOS GRACIAS.

Sentado frente a mi discoteca
oigo sonar a veces todos juntos
los discos que allí tengo guardados

Es como si de pronto el paraíso
quedase suspendido sobre el mundo
y yo como un relámpago cayera

de esta Tierra de aquí en aquella
y un único monumento indivisible
hiciera resonar en mí lo Irresonable

para morir luego tan irrevocable como
impalpablemente mucho más allá
de las estrellas en un agujero negro

En momentos como esos soy casi
un hombre feliz que quisiera
agradecer con humildad a Dios

-Si es que existe- desde las pro-
fundidades más frofundas de mi alma
esta muestra suya de Eternidad.

JULES DEELDER. (1944).

lunes, 18 de septiembre de 2017

SENSACIÓN CREPUSCULAR. / EDUARDO CASTILLO.

El alma de la tarde se anuncia en la furtiva
esquila del rebaño que torna; la laguna
-tal un gran ojo herido por una luz muy viva-
espera el milagroso vendaje de la luna

piadosa. Bajo el Ángelus el valle se apacigua;
la hora, que vestida de seda azul se aleja,
le da al paisaje, donde la lumbre se amortigua,
una dulzura ingenua, como una estampa antigua.

Deja que nos penetre toda esa calma, deja
que el alma se disperse como un dolor de rosas
en este ambiente tibio de seda extenuada...
Es dulce cuando se ajan las tardes silenciosas.
Pensar las mismas cosas y no decirse nada.

EDUARDO CASTILLO. (1889 – 1938.)

viernes, 15 de septiembre de 2017

ESPASMO / MIGUEL RASH ISLA.

Dos columnas pulidas, dos eternas
columnas que relucen de blancura,
forja la línea, irreprochable y pura,
como trazada en mármol, de tus piernas.

Con qué noble prestigio las gobiernas,
cuando al marchar solemne de hermosura,
imprimes a tu cuerpo la segura
majestad de las Venus sempiternas.

Y cuando inmóvil, luminosa y alta,
en desnudez olímpica, te ofreces,
entre tus muslos de marfil resalta.

Como una sombra el bosquecillo terso
de ébano y seda, bajo el cual guarneces
el tesoro mejor del universo.

MIGUEL RASH ISLA. (1889 - 1953)

lunes, 11 de septiembre de 2017

HAY UN INSTANTE... / GUILLERMO VALENCIA.

Hay un instante del crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitante
de una morosa intensidad.

Se aterciopelan los ramajes,
pulen las torres su perfil,
burila un ave su silueta
sobre el plafondo de zafir.

Muda la tarde, se concentra
para el olvido de la luz,
y la penetra un don suave
de melancólica quietud,

como si el orbe recogiese
todo su bien y su beldad,
toda su fe, toda su gracia
contra la sombra que vendrá...

Mi ser florece en esa hora
de misterioso florecer;
llevo un crepúsculo en el alma,
de ensoñadora placidez;

en él revientan los renuevos
de la ilusión primaveral,
y en él me embriaga con aromas
de algún jardín que hay ¡más allá!

GUILLERMO VALENCIA (1873 -1943).

Entrada destacada

A VECES LLEGABAN ... CARTAS.

Las cartas de amor no se estilan hoy en día, pero fueron y seran importantes dentro de la historia de la humanidad por la expresión de se...