POEMA.
1931.
Levantamos
ahora el címbalo sobre la tierra.
Y
observa: el címbalo es tu vieja luna
que
ya ha corneado bastante los bosques de agosto
y
ahora esta redonda como el tablero de las siete tabernas.
Te
hablamos en un idioma que adivinas
en
las profundidades de la ciénaga y en las alturas del cielo;
queremos
renovar los gastados enjambres de estrellas
e
infundir nuevos aromas en tu flor.
Y
hermano, hermano, pase lo que pase
sea
fornicación y fuego y revueltas en el mundo
recuerda,
hermano, recuerda siempre estas palabras:
ofrece
tu perfume en la flor.
NOCTURNO
MARINO. (1934)
Clara
la noche invernal,
las
estrellas resplandecen gélidas;
un
muchacho que ansía embarcarse
está
inmóvil envuelto en un frío mortal con las piernas temblando
en
la mesa sin poner del muelle:
no
está contando las estrellas,
está
contando los barcos anclados en este mundo.
En
las cubiertas se oyen los vigilantes, los suspicaces pasos de sus
zapatillas.
Las
chimeneas de la flotilla
dejan
caer luz estelar en su hollín.
En
las profundidades duermen las oscuras anclas de lso barcos;
por
húmedas cadenas trepa la luz de las estrellas a bordo
para
huir en alguna parte a una isla terrenal.
UNA
LLUVIA DE MENTIRAS RESPLANDECE ANTE LOS OJOS. (1945)
Una
lluvia de mentiras resplandece ante los ojos.
El
éxtasis convierte la mentira en verdad.
Sus
libélulas revolotean en la noche,
pero
cesan cuando se cansan las alas.
Y
el enjambre de libélulas se ahoga en la aurora.
Allí
su delirio encuentra su destino.
El
sol se levanta con su infinito poder
y
resplandece sobre libélulas caídas.
SIÉNTETE
ACORDE... (1953)
Siéntete
acorde a tiempo con todo lo que perece
y
haz que tu corazón reúna toda su añoranza
que
es muy grande y no cabe en ninguna tumba.
Haz
de esa añoranza la canción del corazón.
Siéntete
acorde a tiempo con el arroyo que va congelándose
el
arroyo que, encogido, se está helando bajo el puente.
Un
día fue la cinta más bella de la cabellera de los campos estivales.
Un
día corrió bravío, con su plata descoyuntada, a través de un
bosque.
Fue
una primavera.
Una
muchacha volvía a su casa con una cesta de morillas.
Era
bella.
Era
Primavera.
EL
MONTONCITO DE GRANIZO. (1953)
En
al espesura de escaramujos había un montoncito de granizo,
la
tormenta había vertido una carga de su blanca gravilla.
Y
la niña que descubrió la pista de las perlas
las
vio descomponerse allí en el susurro del viento.
EL
CONSEJO DE LITI. (1958)
Si
tienes dos monedas, dijo Li Ti durante un viaje,
compra
un pan y una flor.
El
pan te sirve de alimento.
La
flor que compres significa
que
la vida merece ser vivida.
LA
IMPOTENCIA . (1958)
Una
vez encontré en las entrañas de un bosque un hacha clavada en la
tierra hasta el mango.
Era
como si alguien hubiese querido hundir el mundo entero en dos trozos
de un solo hachazo.
La
voluntad no había faltado, pero se había partido el mango.
LAS
JAULAS. (1960)
Para
los dioses las épocas son jaulas
colgadas
en árboles que se deshojan.
El
corazón del hombre canta en su jaula
como
un pájaro de la época y cautivo.
Una
vez pasó un dios por este bosquecillo
acompañado
de una bellísima diosa.
Ambos
estaban más allá de la edad
eternamente
vivos.
Su
espíritu caía como el rocío,
su
linterna era un sol.
Colgaron
unas jaulitas de tiempo en los árboles.
Luego
siguieron su camino.
El
mito los canta.
Todo
los añora.
La
nostalgia que inspiraron en las profundidades de las almas.
Jamás
la olvidarán los ríos.
HOJAS.
(1971).
2.
Los veranos vienen con todo lo que has
olvidado.
Una gran cantidad de recuerdos de la
vida ya borrados
surgen de nuevo.
En torno a los cardos repiten las
nuevas mariposas la esencia del instante.
Entonces vuelven a recordar de pronto
el secreto de lo efímero:
que lo vivo se aleja volando sobre el
prado para nunca más volver.
En un mes de verano las voces de los
pájaros te leen de un libro verde y rumoroso.
Te demoras en él un buen rato pero los
pájaros enmudecen.
Zorzales que leen se duermen pronto
sobre hojas amarillentas.
HARRY MARTINSON.
Nobel de Literatura 1974.