DECLARACIÓN
DE OFICIO.
A
los poetas les llegan facturas de más.
Son
facturas extrañas y dolorosas.
Algunas
de ellas portan pliegues de dulzura.
Ignoran
los poetas lo que les cobran pero saben que le deben.
Más
no tienen con qué pagar, maldicen los costos desaforados, nadie
conoce la extraña moneda exigida.
Entonces
piensan en negociar, en pedir plazos.
Pero,
martirizados y atónitos, por más que buscan no encuentran donde
pagarlas ni a quien.
Los
semiólogos y los detectives no pueden ayudarles, el lenguaje de esos
documentos sólo lo comprenden los poetas.
Más
grave todavía: un poeta jamás logra descifrar los cobros de sus
colegas.
Entonces
en los poetas germina la mala conciencia.
Para
alivianar su peso escriben poemas.
Ése
es su destino y su esperanza.
FLOBERT
ZAPATA.
Filadelfia,
Caldas, Colombia, 1958.
lunes, 29 de febrero de 2016
jueves, 25 de febrero de 2016
EL ELEFANTE. / HILARIE BELLOC
El
elefante
(The
Elephant)
Cuando
la gente llama a esta bestia a la mente,
Se maravillan cada vez más
En tan pequeña la cola en el trasero,
Tan grande la trompa enfrente.
Se maravillan cada vez más
En tan pequeña la cola en el trasero,
Tan grande la trompa enfrente.
Hilaire
Belloc.
El
elefante, del libro para “El niño malo de las bestias” por
Hilaire Belloc.
Belloc nació en La Celle-Saint-Cloud (cerca de París) de padre francés y madre inglesa, y creció en Inglaterra.
Fuente: Wikipedia, The Times.
Versión
al español por:JUAN DIEGO
AMOROZ ETXABARRIA.®
lunes, 22 de febrero de 2016
DOS POEMAS DE ALBERTO JOSÉ VÉLEZ O.
EL
GUAMO.
Amanece sobre el guamo bañado
De rocio, un mirlo canta.
Sabor del tiempo en esta voz
Y en esas plumas que arden
Sin consumirse nunca. El mundo
Se despierta a la tristeza, a sus
Habituales tareas, insistiendoen
Su afán de no caer en el olvido.
Pobre empeño. La voraz boca no
Dejará sucio ningún hueso.
Y sin embargo, nadie negaría
La belleza del día que se abre entre
La niebla. La humedad y la luz
Besándose se apartan. Los niños
Se levantan con sus juegos. Los
Mugidos de las vacas llenan
De alegría los establos. Terminan
Los hombres y las mujeres sus batallas
De amor. Y el mirlo canta
Sobre el guamo bañado de rocio.
Mi corazón lo ve todo desde un
Sueño. Sé que no soy ni el mirlo
Ni la mañana que se abre sino el
Tiempo, que es todas las cosas.
Él nos une, separandonos.
Mi gozo es el gozo de sorprender un nacimiento,
La florescencia de la vida.
Mientras ese secreto no sea revelado,
No importa la certeza de ser carne abatida,
Carne sin tiempo duradero.
LECCIÓN DE FILOSOFÍA.
Si el cielo cae
Es una fruta. Si no cae, un árbol.
Puedes trepar o devorarlo.
A tu gusto. Depende de tu esfuerzo.
Pero no es fruta fácol no árbol cómodo.
Tiene sus trucos, sus caminos torcidos.
Si pones tus pies sobre las ramas,
La madera se hunde.
Si al mirar la fruta ya la
Tocas, la poma es paloma
O mariposa que alza el vuelo.
Así sucede.
El cielo es tiempo esquivo.
No se deja someter.
Pero nada pierdes si contemplas el árbol
O la fruta hasta que en tu cabeza
La selva se haga imagen.
ALBERTO JOSÉ VÉLEZ OTÁLVARO.
Medellín, Antioquia, Colombia, 1957.
Amanece sobre el guamo bañado
De rocio, un mirlo canta.
Sabor del tiempo en esta voz
Y en esas plumas que arden
Sin consumirse nunca. El mundo
Se despierta a la tristeza, a sus
Habituales tareas, insistiendoen
Su afán de no caer en el olvido.
Pobre empeño. La voraz boca no
Dejará sucio ningún hueso.
Y sin embargo, nadie negaría
La belleza del día que se abre entre
La niebla. La humedad y la luz
Besándose se apartan. Los niños
Se levantan con sus juegos. Los
Mugidos de las vacas llenan
De alegría los establos. Terminan
Los hombres y las mujeres sus batallas
De amor. Y el mirlo canta
Sobre el guamo bañado de rocio.
Mi corazón lo ve todo desde un
Sueño. Sé que no soy ni el mirlo
Ni la mañana que se abre sino el
Tiempo, que es todas las cosas.
Él nos une, separandonos.
Mi gozo es el gozo de sorprender un nacimiento,
La florescencia de la vida.
Mientras ese secreto no sea revelado,
No importa la certeza de ser carne abatida,
Carne sin tiempo duradero.
LECCIÓN DE FILOSOFÍA.
Si el cielo cae
Es una fruta. Si no cae, un árbol.
Puedes trepar o devorarlo.
A tu gusto. Depende de tu esfuerzo.
Pero no es fruta fácol no árbol cómodo.
Tiene sus trucos, sus caminos torcidos.
Si pones tus pies sobre las ramas,
La madera se hunde.
Si al mirar la fruta ya la
Tocas, la poma es paloma
O mariposa que alza el vuelo.
Así sucede.
El cielo es tiempo esquivo.
No se deja someter.
Pero nada pierdes si contemplas el árbol
O la fruta hasta que en tu cabeza
La selva se haga imagen.
ALBERTO JOSÉ VÉLEZ OTÁLVARO.
Medellín, Antioquia, Colombia, 1957.
jueves, 18 de febrero de 2016
OIGO LA LLUVIA. / EDGAR TREJOS.
OIGO
LA LLUVIA.
Oigo la lluvia
su bordado de cristal afuera
entre los árboles
tocando caminos la antigua lluvia que no cesa
la lluvia ligera
inquieta diosa de la fertilidad.
Oigo la lluvia ahora
como un hongo enorme destilando la noche
conocida siempre y siempre desconocida
cuyas gotas caen suaves como sueños
sobre nuestra encallecida piel.
Oigo la lluvia ya sobre mis alas
-es grande la desesperanza que la mirada arroja-
pero aquí estoy como si fuera mi tierra el mundo,
nada que haga puede cambiarvla senda hollada
nada que hiciera olvidará este momento.
Si alguien llorara mi culpa entonces
-esta vieja culpa que con el alba renace-
tal vez no escuchara la lluvia ya en mi alma
y otra lluvia más nueva
vendría a golpear la risa bajo llave
o estos días faltos de prodigioso oído
dejando limpia la ventana del corazón sepultado
abierta la casa para los fuertes vientos
que vendrán con el extraño saludo de la vida.
EDGAR TREJOS.
Riosucio, Caldas, Colombia, 1956.
Oigo la lluvia
su bordado de cristal afuera
entre los árboles
tocando caminos la antigua lluvia que no cesa
la lluvia ligera
inquieta diosa de la fertilidad.
Oigo la lluvia ahora
como un hongo enorme destilando la noche
conocida siempre y siempre desconocida
cuyas gotas caen suaves como sueños
sobre nuestra encallecida piel.
Oigo la lluvia ya sobre mis alas
-es grande la desesperanza que la mirada arroja-
pero aquí estoy como si fuera mi tierra el mundo,
nada que haga puede cambiarvla senda hollada
nada que hiciera olvidará este momento.
Si alguien llorara mi culpa entonces
-esta vieja culpa que con el alba renace-
tal vez no escuchara la lluvia ya en mi alma
y otra lluvia más nueva
vendría a golpear la risa bajo llave
o estos días faltos de prodigioso oído
dejando limpia la ventana del corazón sepultado
abierta la casa para los fuertes vientos
que vendrán con el extraño saludo de la vida.
EDGAR TREJOS.
Riosucio, Caldas, Colombia, 1956.
lunes, 15 de febrero de 2016
LIMITES. / EUGENIO SÁNCHEZ NIETO.
LÍMITES.
Comom un ciego recorre un cuerpo
me abismé en tu piel, en tu olor
buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte
fantaseaba con un público anónimo que disfruta la función
y desea intensamente formar parte del espectáculo
con mujeres voluptuosas que ofrecen su cántaro al desconocido.
Con hombres castrados que gozan su sexo
con jóvenes púberes donde el tacto motiva una erección
con amantes afiebrados en un desierto ardiente
donde lo único que beben son sus muslos sudorosos
buscando ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte.
EUGENIO SÁNCHEZ NIETO (YUYÍN).
BOGOTÁ D. C., COLOMBIA, 1953.
Comom un ciego recorre un cuerpo
me abismé en tu piel, en tu olor
buscaba ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte
fantaseaba con un público anónimo que disfruta la función
y desea intensamente formar parte del espectáculo
con mujeres voluptuosas que ofrecen su cántaro al desconocido.
Con hombres castrados que gozan su sexo
con jóvenes púberes donde el tacto motiva una erección
con amantes afiebrados en un desierto ardiente
donde lo único que beben son sus muslos sudorosos
buscando ese encuentro vivaz en la frontera de la muerte.
EUGENIO SÁNCHEZ NIETO (YUYÍN).
BOGOTÁ D. C., COLOMBIA, 1953.
jueves, 11 de febrero de 2016
TRES POEMAS DE SYLVIA PLATH.
La
canción de la mañana.
(Morning
song)
Amo
tu posición que va como un grueso reloj de oro .
La partera abofeteó tus plantas de los pies, y tu clamor gastado
Tomó su lugar entre los elementos.
La partera abofeteó tus plantas de los pies, y tu clamor gastado
Tomó su lugar entre los elementos.
Nuestras
voces se hacen eco, magnificando tu llegada. Nueva estatua.
En un museo con corrientes de aire, tu desnudez
Las sombras nuestra seguridad. Estamos sin comprender como una serie de paredes.
En un museo con corrientes de aire, tu desnudez
Las sombras nuestra seguridad. Estamos sin comprender como una serie de paredes.
Soy
nada más tu madre
Que la nube que destila un espejo refleja su propia lentitud
El esfumarse de mano del viento.
Durante toda la noche tu hálito de mariposa
Titila entre las anodinas rosas rosadas . Me despierto a escuchar:
Un mar lejano se mueve en mi oído.
Que la nube que destila un espejo refleja su propia lentitud
El esfumarse de mano del viento.
Durante toda la noche tu hálito de mariposa
Titila entre las anodinas rosas rosadas . Me despierto a escuchar:
Un mar lejano se mueve en mi oído.
Un
grito y recluido desde la cama, un pesado y floreado
amedrentamiento
En mi camisón victoriano.
Su boca se abre limpia como la de un gato. La cuadrada ventana
Blanquea y devora sus opacadas estrellas. Y ahora intenta
Su conjunto de notas;
Las vocales claras se elevan como globos.
En mi camisón victoriano.
Su boca se abre limpia como la de un gato. La cuadrada ventana
Blanquea y devora sus opacadas estrellas. Y ahora intenta
Su conjunto de notas;
Las vocales claras se elevan como globos.
Sylvia
Plath.
Ariel.
Estancamiento en la oscuridad.
Entonces el azul incorpóreo
Brota del peñasco y se distancia.
Leona de Dios,
Cómo uno nos crecemos,
¡Pivote de talones y rodillas! -El Surco
Estancamiento en la oscuridad.
Entonces el azul incorpóreo
Brota del peñasco y se distancia.
Leona de Dios,
Cómo uno nos crecemos,
¡Pivote de talones y rodillas! -El Surco
Divide
y pasa, hermana de
El arco marrón
Del cuello No puedo cogerme,
Ojo negro
Bayas de tinte oscuro
Enganche-
El arco marrón
Del cuello No puedo cogerme,
Ojo negro
Bayas de tinte oscuro
Enganche-
Negras
bocanadas de sangre dulce,
Oscuridad.
Algo mas
Arrojame a través del aire
Muslos, pelo;
Copos de mis talones.
Oscuridad.
Algo mas
Arrojame a través del aire
Muslos, pelo;
Copos de mis talones.
Blanco
Godiva, sin despellejarme-
Manos muertas, rigores de muerto.
Y ahora yo
Espuma de trigo, un brillo de los mares.
El llanto del niño
Godiva, sin despellejarme-
Manos muertas, rigores de muerto.
Y ahora yo
Espuma de trigo, un brillo de los mares.
El llanto del niño
Se
derrite en la pared.
Y yo
Soy la flecha,
El rocío que vuela
Suicida, en alguien con impulso
En números rojos
Ojo, el caldero de la mañana.
Y yo
Soy la flecha,
El rocío que vuela
Suicida, en alguien con impulso
En números rojos
Ojo, el caldero de la mañana.
"Ariel"
de corta longitud y aparente simplicidad - una mujer monta su caballo
por el campo al amanecer - es desmentido por la increíble cantidad
de atención de la crítica y el elogio que el poema ha recibido
desde su publicación en 1965. Es considerado uno de los poemas de
Plath más logrado y enigmático, pues explora mucho más que un
simple paseo en el amanecer. Debe tenerse en cuenta que este poema
ofrece el título de su colección Ariel, seleccionado después de
que ella rechazó el título de "papá". El poema justifica
su centralidad a través de un uso de imágenes deslumbrantes,
resonancia emocional vivida, alusiones históricas y bíblicas, y un
sentido impresionante del movimiento. Los críticos tienden a
discutir el poema como exploraciones de varios temas diferentes,
incluyendo: la creatividad poética; sexualidad; Judaísmo; animismo;
el suicidio y la muerte; autorrealización y auto-transformación; y
el misticismo.
Para
empezar, el nombre de Ariel se refiere a tres cosas diferentes: El
propio caballo de Sylvia Plath, que le encantaba montar; el
duendecillo andrógino de la obra de Shakespeare La tempestad; y
Jerusalén, que también se llamaba Ariel en el Antiguo Testamento.
Los críticos que discuten Ariel de Shakespeare tienden a leer el
poema de Plath como una exploración de la creatividad poética y de
proceso. Ariel de Shakespeare encarna este poder, y Plath puede estar
intentando dar forma a una metáfora para el proceso de escribir un
poema. El poeta comienza en la oscuridad, pero luego se arrastró a
lo largo por la inspiración del lenguaje poético. El poema comienza
en la pasividad, pero se mueve en uno de control y poder. La crítica
Susan Van Dyne observa cómo la auto-transformación del poeta se
manifiesta en su uso de oraciones completas, que se inicia a mediados
del poema. Ella se convierte en tanto hombres como mujeres, caballo y
jinete, poeta y fuerza creativa, la flecha y el blanco. Ella no es
más que una cautiva del impulso creativo, pero es su agente.
En
cuanto a la alusión bíblica de Jerusalén, es, sin duda, un
producto de la fascinación de Plath - o mejor dicho, la obsesión -
con el judaísmo y los Judíos. "Ariel" se traduce como
"león de Dios" del hebreo, y Plath se refiere a sí misma
como "la leona de Dios" en la línea 4. Los críticos han
observado un motivo recurrente en la poesía de Plath que ella asocia
a caballos con éxtasis religioso. Montar parecía ser una forma de
lograr esta trascendencia. William V. Davis ve a Plath como querer
comunicar esta experiencia privada, extática, y casi-desconocida
para el lector. Él considera que el esquema de rima de la última
línea - "Ojo, el caldero de la mañana" - y lo ve como
atar juntos la actividad personal de montar a caballo, las
connotaciones comunes de la raza hebrea y de su sufrimiento, y el
caldero, que es una manera de "[mezcla] todos los elementos
antes mencionados, junto a una especie de crisol de la emoción, la
historia y la implicación personal." Ella no quiere declararse
un habitante de Jerusalén, sino como uno conectado a él a través
de mayores, fuerzas trascendentales.
La
alusión a Lady Godiva es muy importante, ya que sugiere temas de lo
femenino y lo masculino. En el siglo 11 en la leyenda anglosajona,
Lady Godiva era la esposa de un lord Inglés que cabalgaba desnuda
por las calles con el fin de obtener una remisión del impuesto
pesado que había colocado sobre sus inquilinos. Ella había sido
frustrada con su terquedad y la codicia en materia fiscal, y continuó
para exigir que su esposo aliviara la carga. Finalmente accedió a
hacerlo y si ella quería desnudarse y montar su caballo a través de
la ciudad. La gente del pueblo acordó abstenerse de mirarla; sólo
un hombre, "Peeping Tom," no cumplió su promesa. Es
bastante obvio que Plath desea conectar su viaje a través de la
oscuridad a la de Lady Godiva. La
conexión puede ser entendida en términos de la privacidad que ella
disfruta en su viaje, o como sugerencia de que ella monta por una
causa mayor que simplemente su propio placer. La alusión también
resuena debido a la fascinación que prevalece en la cultura
occidental que tiene con la figura prohibida por el desnudo femenino
y de los problemas del espectáculo; Plath utiliza esta imagen para
tomar el control de su auto-exhibición, y no menciona ninguna mirada
masculina en absoluto. Ella abraza a su paseo y todos sus evocaciones
de energía, incluyendo la energía sexual, y es capaz de ignorar
incluso el llanto de un niño que "se derrite en la pared."
En este paseo, se puede declarar con firmeza su independencia
femenina lejos de sofocar las fuerzas patriarcales.
El
poema esta de hecho lleno de imágenes sexuales. Algunos ejemplos
incluyen: versos 5 y 6 ("¡Cómo unos crecemos, / Pivote de
talones y rodillas"); el verso 17 ("muslos, pelos"); y
la imaginería de la flecha fálica. Todos ellos prestan credibilidad
a la afirmación de que "Ariel" es un poema erótico. Plath
es claramente el jinete femenino, pero ella se identifica con la
masculinidad del caballo. Además, cuando ella ignora el llanto del
niño, ella se niega a aceptar el papel tradicionalmente femenino de
la madre y cuidadora. Ariel
de Shakespeare es una figura andrógina, y también podría ser
"Ariel" la declaración de Plath "" acerca de
cómo una poetisa, cuando es poseída por la furia creativa poética,
no es una mujer más - el genio trasciende el género. La
trascendencia no es violenta, y no está dirigida a los hombres que
destruyen, sin embargo. En su lugar, se encuentra totalmente fuera
del género.
Por
último, en la discusión de la crítica Marjorie Perloff del
animismo y la angustia, ella dice que la poesía de Plath como
representativa del tipo extática, poética misteriosa , que se
centró en el yo, evitando así cualquier tipo de objetividad
narrativa. Plath se identifica con el reino animal para expresarse,
que representa a los seres humanos, sin vida y fríos, y los animales
tan vibrantes y vivos. Ella desea perder su identidad humana y
comprometerse con el instinto del animal, lo que le libera de
cualquier objetividad o juicio. En
"Ariel", ella es "la leona de Dios", como ella se
convierte en uno con su fuerza en un trance vivido. Perloff comenta
que "en su forma más intensa, la vida se convierte en muerte,
sino que es una muerte que se desea: salto del 'suicida' en el 'rojo
/ Ojo' del sol de la mañana no sólo es violento, pero extasiado."
El animismo es una manera de demostrar cómo uno se saca de la vida
cotidiana y de uno mismo para lograr un estado de la trascendencia y
de la comunión.
Si
uno está tan inclinado, uno puede incluso conectar esta
interpretación a las interpretaciones feministas y creativas para
sugerir que el objetivo final de Plath fue relacionar frenesí
extasiado - cómo nos identificamos y comprendemos el frenesí en
última instancia revela nuestra propia personalidad y el interés.
(Cinderella)
El
príncipe se inclina hacia la chica en tacones escarlata,
Sus ojos verdes se enfocaron, cabellera brillante en una caricia
De plata como el lento rondó ; ahora tambaleante
Comienza en los violines inclinados a extenderse
Sus ojos verdes se enfocaron, cabellera brillante en una caricia
De plata como el lento rondó ; ahora tambaleante
Comienza en los violines inclinados a extenderse
Todo
girando en un alto cristal en el pasillo del palacio
Donde los huéspedes se escabullen deslizándose hacia la luz como el vino;
Velas rosadas parpadean en la pared lila
Como reflejo del brillo de un millón de cántaros,
Donde los huéspedes se escabullen deslizándose hacia la luz como el vino;
Velas rosadas parpadean en la pared lila
Como reflejo del brillo de un millón de cántaros,
Y
las parejas se escabullen todas en trance rotatorio
Siguiendo en ocioso deleite iniciado hace mucho tiempo,
Hasta cerca de las doce la chica extraña a la vez
Interrumpe en pánico y culpa, palidece, se aferra al príncipe
Siguiendo en ocioso deleite iniciado hace mucho tiempo,
Hasta cerca de las doce la chica extraña a la vez
Interrumpe en pánico y culpa, palidece, se aferra al príncipe
Como
entre la frenética música y la charla combinada
Ella oye el incisivo tic-tac del reloj .
Ella oye el incisivo tic-tac del reloj .
Sylvia
Plath.
"La
Cenicienta" es un poema corto desde que se ha considerado del
periodo poemas de la juventud ("Juvenilia"). Estos poemas
fueron escritos en los tres o cuatro años antes de 1956, la mayoría
de ellos mientras ella estaba en el Smith College, y muchos de ellos
para trabajos de clase. La mayoría de estos poemas no fueron
publicadas inicialmente y como el marido de Plath Ted Hughes escribió
en su introducción al volumen ganador del Premio Pulitzer Los
Collected Poems, ella les habían puesto "firmemente detrás de
ella y nunca tendrían ciertamente la publicación por sí misma."
Hughes señaló que estos primeros poemas fueron, en su mejor
momento, distintivos y completos a pesar de que suene un poco
artificial. Sin embargo, él cree que "siempre se encendió con
su emoción única" y tienen un sentido de "profunda
inevitabilidad matemática en el sonido y la textura de sus versos.")
Ofrecieron "un circo cósmico cerrado", y estaban llenos de
símbolos e imágenes potentes.
Uno
de los estudiosos más elocuentes sobre Plath, Stephen Gould Axelrod,
escribió que su etapa de poemas de la juventud ("Juvenilia
reveló sus preocupaciones, incluso en la etapa temprana de su
carrera. Sus reflexiones sobre los primeros poemas ciertamente
resuenan con "La Cenicienta". Él señala que los primeros
poemas se enfrentan a las "nociones contradictorias de la
feminidad que circulaba a través de la cultura estadounidense en la
década de 1950: el decoro sexual en conflicto con el deseo; logro
profesional en desacuerdo con el romance heteronormativo ." Un
poema temprano como "A Eva la escalera descendente" delinea
la incomodidad de Plath con el tipo de mujer que permaneció
congelada y perfecta, negando la sexualidad, el tiempo y el cambio.
Este
poema, como "La Cenicienta", es un poema sobre "los
dilemas de la subjetividad femenina," que reflejan los problemas
clásicos de la guerra y la paz. También eran indicativos de la
creciente conciencia de Plath de los límites de la figuración -
incluso en estos primeros poemas, comenzó a utilizar la metáfora y
las construcciones imaginativas, presagiando así su uso más
sofisticado de tales elementos en su obra de madurez.
Así
que lo de la dulce ¿"Cenicienta"? Parece ser una mera
narración del momento en el que la Cenicienta baila con su príncipe
y oye el timbre de la medianoche del reloj, indicando así el final
de su noche mágica. Incluso fuera esto todo el poema ofrecido, Plath
ofrece una adaptación atmosférica efectiva en el. Ella es maestra
en la creación de la sensación de movimiento que la Cenicienta
siente, mediante el uso de palabras como "carretes",
"giratorio", "deslizarse", "vuelo sin motor"
y "dando vueltas. "Ella
también crea el ambiente glamoroso y romántico a través de
imágenes de velas encendidas," parejas doradas ", una sala
de vidrio y vasos de vino espumoso. Si nada más, ella capta la
atmósfera de cuento de hadas glorioso que ha cautivado a las niñas
durante siglos.
Sin
embargo, a pesar de la belleza y ligereza putativo de la escena, el
fantasma del reloj carillón se cierne sobre el poema, al igual que
el reloj de Edgar Allan Poe "La máscara de la muerte roja"
presagia la perdición para sus juerguistas. Cenicienta, que está
inmersa en el baile, escucha el reloj carillón en su forma
"cáustica", señalando de este modo que su tiempo ha
terminado. Ella "se aferra al príncipe" y se vuelve pálida
y la "culpa del pánico." La mayoría de los lectores saben
lo que viene después: ella misma rasga su ropa lejos de él y se
retira rápidamente, dejando sólo una zapatilla.
Hay
dos elementos, el pensamiento, que confunde la narración general
simplista. El primero es el adjetivo "culpa del pánico",
que hace que la Cenicienta sea un criminal en su propia mente. Ella
no ha capturado la gloria que se le debe, sino que se considera a sí
misma un usurpador, un tramposo. Definitivamente es posible utilizar
una interpretación feminista, en la que la mujer se siente culpable
por intentar capturar al hombre que ama.
En
segundo lugar, Plath cambia la calidad de la zapatilla, de dorado a
escarlata. Este cambio hace que la zapatilla parezca más
contemporánea, que también hace que sea posible leer el poema más
como un comentario sobre la mujer contemporánea que como simplemente
una adaptación atmosférica.
Algunos
críticos incluso han planteado que el poema trata mucho más que la
historia básica. Comentan que el reloj, que es un símbolo para el
paso del tiempo, es alentador, no sólo al final de la noche de
Cenicienta, pero la inminente llegada de la vejez. De hecho, una de
las preocupaciones más frecuentes de Plath en su poesía es el temor
por la pérdida de la juventud y la belleza (ver "espejo"),
y este poema puede muy bien estar aludiendo a ese mismo tema. Axelrod
lee más autonomía en el personaje principal, al comentar que "el
protagonista forastero libera a sí misma del estereotipo femenino,
ganando más en autonomía que se pierde en la posición social y la
gratificación sensual." Tal vez se está refiriendo a la
asunción de un nuevo propia que, si bien interesado en obtener el
favor de un príncipe, fue también una figura muy pública e
independiente, y uno que no rehuye la participación en las
actividades que eran más agradables y absorbentes . Por supuesto,
incluso si se toma esta dirección en la interpretación del poema,
es innegable que Plath aún no ha dominado su habilidad para capturar
tales contradicciones y complicaciones con facilidad y sutileza.
Fuente:
Poets.org.,Poemhunter.com, Fundación Poesia., Gradesader.com.
Versión
al español por:JUAN DIEGO
AMOROZ ETXABARRIA.®
lunes, 8 de febrero de 2016
CALLES. / MERY YOLANDA SÁNCHEZ.
CALLES.
En las calles
se dicen tantas versiones
del policia que desviste la mañana
del loco que se maquilla en la tarde de una niña.
En las calles
se dicen tantas noticias
inclusive del que baila
desnudando las sombras que lo acosan.
MERY YOLANDA SÁNCHEZ.
Guamo, Tolima, Colombia, 1956.
En las calles
se dicen tantas versiones
del policia que desviste la mañana
del loco que se maquilla en la tarde de una niña.
En las calles
se dicen tantas noticias
inclusive del que baila
desnudando las sombras que lo acosan.
MERY YOLANDA SÁNCHEZ.
Guamo, Tolima, Colombia, 1956.
jueves, 4 de febrero de 2016
PELUQUERO. / ROBINSON QUINTERO O.
PELUQUERO.
Sólo ante un dios inclina uno la cabeza.
Y cierra confiado los ojos
Sólo ante un dios entrega uno sus pensamientos
indefenso y sin miedo
El poema es el oficio de las manos de un hombre
Un dios sostiene firme el pulso del peluquero.
ROBINSON QUINTERO OSSA.
Caramanta, Antioquia, Colombia, 1959.
Sólo ante un dios inclina uno la cabeza.
Y cierra confiado los ojos
Sólo ante un dios entrega uno sus pensamientos
indefenso y sin miedo
El poema es el oficio de las manos de un hombre
Un dios sostiene firme el pulso del peluquero.
ROBINSON QUINTERO OSSA.
Caramanta, Antioquia, Colombia, 1959.
lunes, 1 de febrero de 2016
RETRATO DE MI AMADA. / JOSÉ LIBARDO PORRAS V.
RETRATO DE MI AMADA.
Mi amada no espera de mí que gane dinero y trepe: prefiere esa otra forma de
ascensión que es como subir a las terrazas de la infancia, como hundirse en un
sueño.
Mi amada es una nave enorme de maderas resinosas en la cual me he embarcado
con los animales mansos y bravíos de mi sangre, con mis pertenencias.
Como un cuervo he volado fuera de ella, pero no he hallado donde posarme,
Como una paloma he volado fuera de ella, pero no he hallado donde posarme.
Un granero embrujado es mi amada: cuanto más devoro su trigo magnífico más crece
mi hambre y el grano más se multiplica;
Su cuerpo siempre incendiado me entrega una música inaudible: en su silencio, como
en los rieles, escucho al tren que nunca llega.
Donde posa su amno se habre una herida de dolor sulce y lento, brota el agua,
f lorece un canto.
Sal y azúcar, mi amada, comunión y ruptura.
Es cal y es arena.
Es como encender la luz. Es como enender las tinieblas.
Abro muy bien los ojos; me gusta verla por fuera.
El verla por dentro lo dejo para cuando no estamos juntos o yo estoy dormido.
JOSÉ LIBARDO PORRAS VALLEJO.
Támesis, Antioquia, Colombia, 1959.
Mi amada no espera de mí que gane dinero y trepe: prefiere esa otra forma de
ascensión que es como subir a las terrazas de la infancia, como hundirse en un
sueño.
Mi amada es una nave enorme de maderas resinosas en la cual me he embarcado
con los animales mansos y bravíos de mi sangre, con mis pertenencias.
Como un cuervo he volado fuera de ella, pero no he hallado donde posarme,
Como una paloma he volado fuera de ella, pero no he hallado donde posarme.
Un granero embrujado es mi amada: cuanto más devoro su trigo magnífico más crece
mi hambre y el grano más se multiplica;
Su cuerpo siempre incendiado me entrega una música inaudible: en su silencio, como
en los rieles, escucho al tren que nunca llega.
Donde posa su amno se habre una herida de dolor sulce y lento, brota el agua,
f lorece un canto.
Sal y azúcar, mi amada, comunión y ruptura.
Es cal y es arena.
Es como encender la luz. Es como enender las tinieblas.
Abro muy bien los ojos; me gusta verla por fuera.
El verla por dentro lo dejo para cuando no estamos juntos o yo estoy dormido.
JOSÉ LIBARDO PORRAS VALLEJO.
Támesis, Antioquia, Colombia, 1959.
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