jueves, 24 de agosto de 2017

POEMAS DE CEES NOOTEBOOK. II.

BASHÓ (2)

Sabemos de la poesía póetica los arteros peligros
de la melopea y el frenesí. Es aire embalsamado,
si no lo conviertes en piedras que brillen y hagan daño.
Tú, viejo maestro, pulistelas piedras
con lo que das muerte a un mirlo.
Tallaste del mundo una imagen que lleva tu nombre.
Diecisiete piedras tal flechas una escuela de cantores funebres.

Mira junto al agua la huella del poeta
de camino hacia la tierra nevada más interior. Mira como el agua la borra
cómo el hombre del sombrero la vuelve a escribir
y guarda agua y pisada, detiene el movimiento pasado una y otra vez,
para que lo perdido conserve como algo perdido.

CEBO.

La poesía no podrá nunca hablar de mí,
ni yo de la poesía.
Yo estoy solo, el poema está solo,
y el resto es de los gusanos.
Me detuve en las calles donde viven las palabras,
libros, cartas, informes,
y esperé.
Siempre supe esperar.

Las palabras, con sus formas claras u oscuras,
me volvieron más oscuro o más claro.
Los poemas me alcanzaron
y se reconocieron como ob jetos.
Yo pude verlo y verme.

No tiene fin esta adicción.
Escuadrones de poemas están buscando sus poetas.
Vagan sin mando por el amplio
territorio de las palabras
y aguardan el cebo de su perfecta,
hermética, condensada, acabada
e irreductible.

Forma.

CEES NOOTEBOOK.

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Cornelis Johannes Jacobus Maria (Cees) Nooteboom (La Haya, 31 de julio de 1933) es un poeta, novelista, ensayista, traductor e hispanista neerlandés.

lunes, 21 de agosto de 2017

TODO NOS LLEGA TARDE. / JULIO FLÓREZ.

Todo nos llega tarde... ¡hasta la muerte!
Nunca se satisface ni se alcanza
la dulce posesión de una esperanza
cuando el deseo acósanos más fuerte.

Todo puede llegar: pero se advierte
que todo llega tarde: la bonanza,
después de la tragedia: la alabanza,
cuando ya está la inspiración inerte.

La justicia nos muestra su balanza,
cuendo los siglos en la historia vierte
el tiempo mudo que en el orbe avanza;

Y la Gloria, esa ninfa de la suerte,
sólo en las viejas sepulturas danza.
Todo nos llega tarde... ¡hasta la muerte!

JULIO FLÓREZ (1867 – 1932).

jueves, 17 de agosto de 2017

CUATRO POEMAS DE CEES NOOTEBOOK. I.

DESTERRADO.

Embarcadero, el barco que se deja
navegando sobre cristal.

Ahora estoy solo con Chong Er,
la llanura es mi panorama,
mis amigos los eremitas de las colinas,
hombres ya casi de piedra.
Sombrío me quedo en adelante,
lejos de los ciervos blancos
en los que cabalgámos por campos de nubes
y niebla.

Entre esto y la muerte
un tiempo para los pensamientos
que nadie ha escrito, vergüenza en un pizarrón
con tiza blanca, mi nombre liberado
de sus letras, vacío
como un sonido.

Marfil y joyas
todo eso lo conocía, mi sombra
desaparece en un pliegue del tiempo,
muela dejo, molido
entre el cascote de los días
comparto el destino de piedras y conchas,

un príncipe sin palabras
en una tela
tejida de nada.

NOCHE.

De noche, por castillos de nubes
y una última torraza de luz de luna,
el sueño de viajes prohibidos,
una puerta, siempre cerrada,
ahora entreabierta, el peligro de otra
vida, un poema

de una existencia a la inversa,
donde la muerte no tiene guadaña,
es un amante sobre herraduras de oro.
Que te acaricia los pechos
y te extiende la alfombra de las estrellas
para que te tumbes allí,

luz por todas partes, hasta en los dientes
del predador, en la suñas
del asesino y en el cuchillo reluciente
que escribe la última palabra,
fuego, y entonces con tus ojos de nadie
ver sin llegar nunca a un fin,

ver quién eras.

SIN IMAGEN.

Sin imagen aparece el poema,
forma que aún ha de surgir
del ámbito de las palabras,
heredadas de quien nunca conocí.

Lengua, tallada en sueños, en púlpitos,
amasada en lechos, cuartos solitarios,
útil en vida y muerte, arma
en la lucha contra el azar, el ardid
del destino.

Quienes fuimos, nuestro paso
por el enigma,
está escrito en palabras,
escritura como hija del habla,
susurros, lamentos, la médula
de los pensamientos,

testamento de una emoción
desaparecida, tono de decretos para un futuro,
cuando la muchedumbre se pierde
hacia su mudo
hogar.

PICASSO, ÚLTIMOS GRABADOS.

En esta nube copulan,
en esta nube negra, su deseo negro tinta
mordido en cobre, preciso y tenaz,
por el vidente tras la cortina, él desea,

él desea también a esa mujer y a ese hombre,
la doble figura
en la que penetra y se encrespa
como antes, hace aquel siglo.

En el abrazo inciso
busca un mar y un lecho, grita
por las mareas perdidas, por el eterno
comercio, con la nostalgia de aquel

que ha de ver.

CEES NOOTEBOOK. (1933).

lunes, 14 de agosto de 2017

Ars. / JOSÉ ASUNCIÓN SILVA.

El verso es vaso santo; poned en él tan sólo, un pensamieno puro.
En cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
como burbujas de oro de un viejo vino oscuro.

Allí verted las flores que en la continua lucha, ajó del mundo el frío,
recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven,
y nardos empapados en gotas de rocio.

Para que la existencia mísera se embalsame cual de una esencia ignota
quemándose en el fuego del alma enternecida
de aquel supremo bálsamo basta una sola gota.
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA.
(1865 - 1896)

jueves, 3 de agosto de 2017

TRES POEMAS DE ARMANDO.

HUIR.

Son todos parientes, la mesa está servida,
comienza la cena del cadalso:
coman de afuera hacia adentro y
no se enojen.

Formaban una fila, venían de lejos,
bebían aguardiente e
intentaban morir susurrando.

Que tal o cual día escaparíamos,
no ons darían de comer,
adelante, ha llegado el momento,
podemos huir.

DESPIADADO.

El gemido de muros retorcidos.
Costa aniquilada.
No esperes ayuda detrás de los arbustos.

En el sendero negro el grito,
o una mueca carbonizada:
sonidos despiadados.

¿Hay contacto con tierra firme?

Se aproxima el campo de tiro,
redoble de ráfagas conforma el blanco.
Asaltan la colina por el terraplén de la vía
y encuentran tierra rasa.

SATISFECHO.

Estará satisfecho hasta sangrar, se
ha flagelado, solo
quiere hacer penitencia,
quedar satisfecho tal vez.

Lo llaman el monarca del declive,
hablaba la lengua de los recintos siniestros
y creó la rueda inepta.

Ha fuego fatuo, ni trampa

Ha de hacer penitencia y
quedará satisfecho.

ARMANDO (1929).

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