CANCIONCILLA.
Cuando
tú te vas, te quedas.
Cuando
te quedas, me voy.
Son
tan dulces las veredas
donde
me pierdo y te enredas
que
cuando te vas, te quedas,
cuando
no me voy, no estoy.
NOCHE
DE REYES.
El
niño y el molino
han
olvidado su único estribillo.
Se
ha callado la rueda en mi bemol
alrededor
del pozo
por
donde sube el agua y baja el sol.
La
mano en la mejilla
piensan
las chimeneas que volarán un día.
Hoy
no vendrá el borracho
entre
el portal abierto y la canción de cuna.
Aquí
al pie del muro
fatigado
del viaje
el
viento se ha sentado.
El
policía lleno de fe
apunta
las estrellas nuevas en el carnet.
Y
sin lograr atravesar el barrio
las
fluviales carreteras
cabecean
en vano.
Sólo
cantan alegres las veletas.
Las
casas melancólicas
se
peinan los tejados
Y
una de ellas se muere
sin
que nadie se entere
Esta
noche no viene la luna
ni
el farol al borracho le sirve de cuna.
CANCIÓN.
Arquitectura
plena.
Equilibrio
ideal.
Las
olas verticales
y
el mar horizontal
Tú
oblicua.
La
verticalidad,
voluntad
de ola y trigo.
Yo
me tiendo en la playa
para
soñar contigo.
Tú
oblicua.
Los
puntos cardinales,
cabeza,
pies y manos.
La
rosa de los vientos,
de
los vientos humanos.
Tú
oblicua.
Norte.
Sur. Este. Oeste.
Cenit.
Nadir. No sigo.
Es
imposible astucia
la
de acertar contigo.
GERARDO
DIEGO.
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