CINE
MODERNO.
El
cinepara mí, desde pequeña,
es
distracción amena y favorita;
me
gusta la explosión de dinamita
y
mirar el camión que se despeña.
La
película buena que desdeña
el
mal comentador, la que no cita,
la
de suspenso que el aliento quita
y
también la que vibra y la risueña.
Todo
cambió: la gente va desnuda
y
consumidar protervas llamas,
en
una trama repugnante y ruda.
Para
salir en una noche fría
y
disponerme a ver camas y camas,
mejor
me quedo entre la cama mía.
PINTURA
MODERNA.
Entre
mis aficiones, la piintura
ha
tenido lugar preponderantée,
largos
minutoss puedo estar delante
de
lienzos con belleza y con altura.
Por
fortuna en mis planes no figura
visitar
un certamen aberrante,
en
donde cada cuadro es un desplante,
mitad
de atrevimiento y de locura.
Da
lo mismo si el cuadro del premiado,,
logrado
en medio de la guerra fría,
al
revés o al derecho está colgado.
Hay
gusto por lo absurdo y lo deforme:
hoy
a los entendidos estasía
una
enorme mujer con todo enorme.
DECEPCIÓN.
Un
escritor de nombre y de valía
entusiasmado
publicó su histooria;
pero
tal vez no tengo en la memoria
si
el libro fue de historia o poesía.
Los
elogios formaron letanía,
como
la espuma se exrendió su gloria
y
fue tan resonante su victoria
que
mereció el honor de antología.
Llevo
su libro en número de ciento
al
lugar donde todos lo esperaban
y
allí quedo muy cerca de Unamuno.
Después
de un año preguntó contento
qué
cantidad de libros le restaban
y
la respuesta fue que cien más uno.
Lucia
Vergara Díaz.
Nació
y murió en Bogotá en 1976. Bibliotecaria.
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