BASHÓ
(2)
Sabemos
de la poesía póetica los arteros peligros
de
la melopea y el frenesí. Es aire embalsamado,
si
no lo conviertes en piedras que brillen y hagan daño.
Tú,
viejo maestro, pulistelas piedras
con
lo que das muerte a un mirlo.
Tallaste
del mundo una imagen que lleva tu nombre.
Diecisiete
piedras tal flechas una escuela de cantores funebres.
Mira
junto al agua la huella del poeta
de
camino hacia la tierra nevada más interior. Mira como el agua la
borra
cómo
el hombre del sombrero la vuelve a escribir
y
guarda agua y pisada, detiene el movimiento pasado una y otra vez,
para
que lo perdido conserve como algo perdido.
CEBO.
La
poesía no podrá nunca hablar de mí,
ni
yo de la poesía.
Yo
estoy solo, el poema está solo,
y
el resto es de los gusanos.
Me
detuve en las calles donde viven las palabras,
libros,
cartas, informes,
y
esperé.
Siempre
supe esperar.
Las
palabras, con sus formas claras u oscuras,
me
volvieron más oscuro o más claro.
Los
poemas me alcanzaron
y
se reconocieron como ob jetos.
Yo
pude verlo y verme.
No
tiene fin esta adicción.
Escuadrones
de poemas están buscando sus poetas.
Vagan
sin mando por el amplio
territorio
de las palabras
y
aguardan el cebo de su perfecta,
hermética,
condensada, acabada
e
irreductible.
Forma.
CEES
NOOTEBOOK.
Cornelis
Johannes Jacobus Maria (Cees) Nooteboom (La Haya, 31 de julio de
1933) es un poeta, novelista, ensayista, traductor e hispanista
neerlandés.
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