HUIR.
Son
todos parientes, la mesa está servida,
comienza
la cena del cadalso:
coman
de afuera hacia adentro y
no
se enojen.
Formaban
una fila, venían de lejos,
bebían
aguardiente e
intentaban
morir susurrando.
Que
tal o cual día escaparíamos,
no
ons darían de comer,
adelante,
ha llegado el momento,
podemos
huir.
DESPIADADO.
El
gemido de muros retorcidos.
Costa
aniquilada.
No
esperes ayuda detrás de los arbustos.
En
el sendero negro el grito,
o
una mueca carbonizada:
sonidos
despiadados.
¿Hay
contacto con tierra firme?
Se
aproxima el campo de tiro,
redoble
de ráfagas conforma el blanco.
Asaltan
la colina por el terraplén de la vía
y
encuentran tierra rasa.
SATISFECHO.
Estará
satisfecho hasta sangrar, se
ha
flagelado, solo
quiere
hacer penitencia,
quedar
satisfecho tal vez.
Lo
llaman el monarca del declive,
hablaba
la lengua de los recintos siniestros
y
creó la rueda inepta.
Ha
fuego fatuo, ni trampa
Ha
de hacer penitencia y
quedará
satisfecho.
ARMANDO
(1929).
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