lunes, 17 de julio de 2017

POEMAS DE JOSÉ MANUEL ARANGO.

ESCRITURA.
La noche, como un animal
dejó su vaho en mi ventana

por entre las agujas del frío
miro los árboles

y en el empañado cristal
con el índice, escribo
esta efímera palabra

XIV.
Éste es un país de sol y viento
de acres montañas

como en los frescos antiguos
la piel cuarteada de las mujeres

calladas y duras que paren
de rodillas sus hijos

por las rocas acechan
pumas sin sombra

y al fondo canta
el mar, nacido de una calabaza

ACASO EL HUESO.

Acaso el hueso sea furia
una furia callada
sin grito

así se dan los días la fruta la boca
se dan al tiempo
tragón

también el girasol es un encono íntimo
una boca una herida

(quiero decir
la voz de los amantes
enronquecida
por el amor como por una oscura
rabia)

PÁGINA EN BLANCO.
Escribo
y la mirona, por sobre mi hombro,
escruta lo que escribo.

Siento en la espalda el tacto
de sus manos calizas,
adivino la mueca
de su ironía silenciosa.

Escribo
y la mirona, por sobre mi hombro,
lee
y al leer borra lo que escribo.


JOSÉ MANUEL ARANGO.
Nació en Carmen de Viboral el 5 de octubre de 1937 y murió el 5 de abril de 2002 en Medellín.
Heredero, si se quiere, de la poesía norteamericana en la cual predomina el simbolismo y donde el lenguaje no es una catarata de imágenes o de figuras literarias. La contención de su poesía es equiparable al silencio que, en últimas, quería guardar. Sus poemas, a la larga, son claros como el agua. Nítidos como corresponde a una gran obra. Y sencillos, aunque exigen un buen lector. Lo que dijo en sus poemas nos pertenece, como la piel. (texto por: Luis Germán Sierra J.)
(Poemas tomados de: POEMAS REUNIDOS, editorial Norma, Bogotá, 1997)
Fuente: Alma Mater, No 665. Universidad de Antioquia. Junio de 2017.

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