MÍA.
Mía: así te llamas.
¿Qué más harmonía?
Mía: luz del día;
mía: rosas, llamas.
¡Qué aroma derramas
en el alma mía,
Si sé que me amas!
¡Oh Mía! ¡Oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.
Yo triste, tu triste...
¿No has de ser entonces
Mía hasta la muerte?
LA ANCIANA.
Pues la anciana me dijo: "Mira esta rosa seca
que encantó el aparato de su estación un día:
el tiempo que los muros altísimos derrueca
no privará este libro de su sabiduría.
En estos secos pétalos hay más filosofía
que la que darte pueda tu sabia biblioteca;
ella en mis labios pone la mágica harmonía
con que en mi turno encarno los sueños de mi rueca".
"Sois una hada", le dije. "Soy un hada-me dijo-,
y de la primavera celebro el regocijo
dándoles vida y vuelo a estas hojas de rosa".
Y transformóse en una princesa perfumada,
y en el aire sutil, de los dedos del hada
voló la rosa seca como una mariposa.
YO PERSIGO UNA FORMA...
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamientos que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
al abrazo imposible de la Venus del Nilo.
Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz, como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.
Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;
Y bajo la ventana de mí Bella Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
RUBÉN DARÍO.
Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867 - León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.
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