lunes, 12 de septiembre de 2016

EN LA TUMBA DE UN APRENDIZ DE CLARINETE. MANUEL URIBE VELASQUEZ.

No mienten los mortuorios cronicones,
ni tampoco el gemir del plañidero,
que bien muerto aquí estás, clarinetero,
con tu boca, tus dedos y pulmones.



No saben lo que han hecho esos pisones
que cubrieron de tierra tu agujero:
dejar dormir al universo entero,
sobre todo a los pobres orejones.



Duerme por siempre sueño tan profundo,
que no logre altersrlo un sonsonete
imitador del tuyo, sin segundo.



Más si es verdad, como lo dice Astete,
que habrás de reconocer al fin del mundo,
¡Cuidado con sacar tu clarinete!

MANUEL URIBE VELASQUEZ.
Nació en Amalfi (1862) y murió en Bogotá (1894). Abogado.

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