El
Tigre.
(The
Tyger)
Tigre!
Tigre! brillante ardiente
En el bosque de la noche
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?
En el bosque de la noche
¿Qué ojo o mano inmortal
Pudo idear tu terrible simetría?
¿En
qué distantes abismos o cielos
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano, osó agarrar el fuego?
Ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano, osó agarrar el fuego?
Y
qué hombro, y qué arte,
¿Podría torcer el vigor de tu corazón?
Y cuando tu corazón comenzó a latir,
¿Qué mano pavorosa? y ¿Qué pies aterradores?
¿Podría torcer el vigor de tu corazón?
Y cuando tu corazón comenzó a latir,
¿Qué mano pavorosa? y ¿Qué pies aterradores?
¿Qué
martillo? ¿Qué cadena?
En ¿Qué horno estuvo tu cerebro?
¿Cuál yunque? ¿Qué aterrador osó alcanzar
sus terrores mortíferos sujetar?
En ¿Qué horno estuvo tu cerebro?
¿Cuál yunque? ¿Qué aterrador osó alcanzar
sus terrores mortíferos sujetar?
Cuando
las estrellas arrojaron sus lanzas,
Y regó con sus lágrimas el cielo,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿ Lo que hizo el cordero lo hiciste?
Y regó con sus lágrimas el cielo,
¿Sonrió al contemplar su obra?
¿ Lo que hizo el cordero lo hiciste?
¡Tigre!
¡Tigre! brillante ardiente
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Osó idear tu terrible simetría?
En los bosques de la noche,
¿Qué ojo o mano inmortal
Osó idear tu terrible simetría?
Jerusalén.
¿Y esos pies en la antigüedad
Caminaron sobre las verdes montañas de Inglaterra?
¿Y fue el santo Cordero de Dios
Visto en las praderas placenteras de Inglaterra?
¿Y esos pies en la antigüedad
Caminaron sobre las verdes montañas de Inglaterra?
¿Y fue el santo Cordero de Dios
Visto en las praderas placenteras de Inglaterra?
¿Y
el Divino Rostro
Refulgio en nuestras colinas oscurecidas?
¿Y fue construida aquí Jerusalén
Entre estos oscuros Molinos Satánicos?
Refulgio en nuestras colinas oscurecidas?
¿Y fue construida aquí Jerusalén
Entre estos oscuros Molinos Satánicos?
¡Traedme
mi arco de oro ardiente!
¡Tráeme mis flechas del deseo!
¡Tráeme mi lanza! ¡Oh las nubes, se despliegan!
¡Tráeme mi carro de fuego!
¡Tráeme mis flechas del deseo!
¡Tráeme mi lanza! ¡Oh las nubes, se despliegan!
¡Tráeme mi carro de fuego!
No
cesaré de luchar mentalmente,
Tampoco dormirá mi espada en la mano,
Hasta que hayamos construido Jerusalén
En la tierra verde y agradable de Inglaterra.
Tampoco dormirá mi espada en la mano,
Hasta que hayamos construido Jerusalén
En la tierra verde y agradable de Inglaterra.
William
Blake.
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