jueves, 5 de enero de 2012

POEMAS PARA EL CAMINO DE WILLIAM MORRIS.





WILLIAM MORRIS.
Nació, en Essex(1834-1896) y estudió en el Exeter College de Oxford. Fue el editor fundador de la Revista de Oxford y de Cambridge (1856) en los que muchos de sus primeros poemas aparecen. Fue pintor (1857-1862) y conferencista sobre arte, la arquitectura y el socialismo (1877 a 1896). Fundó la Kelmscott Press, Hammersmith, en el año 1890 y fue miembro fundador en el mismo año de la Sociedad Socialista de Hammersmith. Ayudó a fundar la Sociedad para la Protección de Edificios Antiguos (1877) en la cual sirvió como secretario. Sus diseños en cosas como muebles y telas contribuyó a el movimiento Arts & Crafts y cambió el gusto victoriano. Fue presidente de la Sociedad de Birmingham de las Artes y maestro del gremio de trabajadores del arte. Encontró tiempo para producir las obras literarias y las primeras influencias sobre él, incluyendo a los prerrafaelitas, Ruskin, Carlyle y Rosetti. Declinó un puesto de profesor de poesía en Oxford. Un crítico social y moral, dio su conferencia pública por primera vez en 1887 y formó la Liga Socialista. Murió, agotado por sus diversas actividades, y fue sepultado en Kelmscott. 
 
 















William Morris, fotograpía por Frederick Hollyer. 1887

POEMAS PARA EL CAMINO. (1891)
PARTE DE LOS POEMAS DE ESTE EXTENSO TEXTO ( 45 poemas,197 páginas).
Primera entrega.
La mayoría de los poemas en inglés estan escritos en verso, al hacer la traducción literal se pierde dicha característica.


1. DESDE LAS TIERRAS ALTAS A LA MAR.
Despertamos una mañana de primavera,
Me alegro de todo corazón,
Sin embargo, ¿meditabundo pensando en la víspera?
A continuación, abandonamos la Casa Blanca ,
Pasan las flores del viento y las bahías,
A través del jardín, y por nuestros caminos,
Deambulando por entre los prados
Hasta nuestro muy necesario júbilo
Descansar por fin, hasta que llegamos
A aquella casa solitaria del dios-sol,
Aislada sobre la ladera de la colina gris,
Donde las ovejas han desaparecido;
Solitaria hasta el tiempo del festín,
Cuando con la oración y la alabanza de la felicidad,
Allí llega por el campo.
Hay un tiempo para morar,
Sentado en la parte baja de la galería
Por esa imagen con la antorcha:
Tu mano blanca puesta sobre
El pilar negro que se obtuvo
De la mina de la India lejana;
Y mi mano casi tocando la tuya,
Pero sin tocarla, y tu vestido
Feria con flores de primavera abatidas
De tu pecho y tu frente.
Allí, soplará el viento del sur-oeste
A través de tu cabello hasta alcanzar mi mejilla,
Como te sientas , ni puedes hablar,
Tampoco puedes mover la mano que beso
Desde lo más profundo de la felicidad;
No, ni vuelvas los ojos hacia mí.
Entonces el deseo de la gran mar
Casi lo suficiente, pero sin oír del todo,
En nuestro corazón agitado,
Y nos levantamos, los dos, por fin,
Y los narcisos abatidos,
Siento tus pies y nos fuimos
Desde la solitaria corona del Sol.
Entonces los prados se marchitaron a nuestra espalda,
y comienza a faltar el día de primavera
Aquel de nuevas esperanzas que una vez tuve;
Pero nosotros dos crecimos aún más felices,
Y además no pudimos ir más
Cuando la pendiente cubierta de hierba y a ras
Muere en la arena llena de guijarros:
Entonces deambulamos de la mano
Por la orilla del mar,
Y más cansado que tú
Que si nos alejáramos de nuestro sitio,
Con un espacio de desierto lóbrego
¡entre tus labios y los míos, amor mío!
Ah, mi alegría, ¡mi gozo de todo aquello!

22. UN JARDIN JUNTO AL MAR.
Conozco un pequeño jardín de cerca,
Conjunto denso de lirios y rosas rojas,
Donde yo vagaba si se me permite
Desde la mañana húmeda hasta la noche húmeda de rocío,
Y tengo uno conmigo, errante.
Y aunque en él no cantan los pájaros,
Y aunque no hay una casa con pilares, está ahí,
Y aunque las ramas del manzano están desnudas
De frutas y de flores, podría Dios
Posar sus pies en la hierba verde,
Y yo lo contemplaría como antes.
Llega un murmullo de la orilla,
Y en la cercanía de dos bellos riachuelos, se
Dibuja a la distancia colinas púrpura,
Abajo el mar agitado:
Oscuras colinas en cuyo brezal florido no se alimentan las abejas,
Orilla oscura sin naves, ninguna ha sido vista, nunca,
Atormentadas por verdes olas.
Cuyo murmullo viene sin cesar
Hasta el lugar por el cual lloro.
Por el cual lloro tanto de día como de noche,
Por el cual dejé escapar todos los deleites,
Por el que llegué a ser más sordo y ciego,
Despreocupado por ganar, no calificado para alcanzar,
Y perder rápidamente lo que todos los hombres buscan.
Sin embargo, tambaleante débil como estoy,
Aún así tengo un poco de aliento
Para buscar dentro de las fauces de la muerte
Una entrada a ese lugar feliz,
Para buscar el rostro inolvidable,
Una vez visto, una vez besado, una vez raptado de mí
Cerca el murmullo del mar.


35. VERSOS POR CUADROS.


Día.



Yo soy el día, traigo de nuevo
La vida y la gloria, el amor y el dolor:
Despierta, ¡levántate! de la muerte a la muerte
A través de mi relato del mundo, vivifica.



Primavera.



La primavera soy yo, demasiado blando de corazón
Hay mucho que hablar antes de partir:
para demostrarlo, pregúntale a la marea de verano
Por la abundancia de mi amor.



Verano.



El verano observó por mucho tiempo, que soy yo;
Mucho debo cambiar o moriré eternamente.
Te ruego que no lo tomes a mal
Aunque yo te fatigue ​​de felicidad.



Otoño.



Otoño tempestuoso aquí estoy
Desgastado del corazón y débil de mano:
Nada pero una pausa me parece bien,
Hablar de la palabra que me hace libre.



Invierno.


Yo soy el invierno, que se mantiene
Añoranza segura en medio del sueño:
Quién puede decir si estaba muerto
¿Cuál debería ser recordado?


Noche.



Yo soy la Noche: traigo de nuevo
La esperanza del placer, una pausa del dolor:
Pensamientos no expresados entre la vida y la muerte
Mi silencio fecundo vivifica.



35.1 PARA EL ROSAL SILVESTRE.


La madera de Brezo.



El sueño fatídico flota y fluye
En la rosa enmarañada;
¡Pero he aquí! que la mano y el corazón predestinados
¡A desgarrar la maldición soñolienta se apartaron!

La Sala del Consejo.
La amenaza de guerra, la esperanza de paz,
El peligro e incremento del Reino
consultalo con la almohada, y espera el último día,
Cuando el destino se lleve sus cadenas lejos.



El Jardín del Patio.



La doncella se deleita con la tierra
No conoce movimiento de voz o mano
No ha llenado la copa con aguas durmientes,
El viaje agitado aún yace.




La Enramada de rosas.



Aquí yace el amor atesorado, la clave
Para todos los tesoros que tendré;
Ven con el obsequio predestinados a la mano y tomalo,
Y golpea este mundo dormido, despiertalo.



35.2 OTRO PARA EL ROSAL SILVESTRE.


Oh esencia traicionera, Oh vista punzante,
Oh maraña del mal y del bien del mundo,
Quién eres tú para estar en contra del brillo de mi armadura
Pero ¿Cómo telarañas oscuras de un sueño?
Caía a plomo, sumido en el fondo de cada destello
De esperanza, yacen y sueñan tímidamente;
Una vez los hombres, pero los hombres no más, aquél Amor
Su pérdida venció los corazones conmovidos.
¡Aquí duerme el mundo que no amo!
Deja que lo consulte con la almohada, pero si él se mueve
Sus corazones en prudente humildad esperan
En su justo estado de fresco despertar.
Oh ¡gané por fin, nunca es tarde!
Tu silencio fue la voz del destino;
Tus manos aún vencidas en la contienda;
Tus ojos son la luz, tus labios son la vida.


35.3 EL PÁJARO CARPINTERO.
Una vez Rey y jefe
Ahora soy ladrón de la corteza del árbol,
Siempre entre tronco y hoja
Persiguiendo a la presa.


35.4 EL LEÓN.
Las bestias que están
En madera y residuos,
Ahora se sientan a ver,
No andan, sin prisa.


35.5 EL BOSQUE.


EL Peral.



Al filo del leñador me desmayo y me pierdo;
Al filo del artesano lo cuento.



El Castaño.*



Culminado en madera, sobre la sala superior,
Me levanto en el aire cuando humilde caigo.



El Roble.



Permanezco inmóvil a que el viento sople.
Rápido, rápido antes de irme con viento.



35.6 POMONA.


Soy la antigua reina de la manzana,
Como una vez lo fui, así ahora lo soy.
Para siempre la esperanza de lo oculto,
Entre la flor y la rama.
Ah, ¡dónde está escondido el oro del río!
Y ¿dónde la tumba del viento de Troya?
Sin embargo, vengo como he venido, viejo,
Desde el corazón de la alegría del verano.



35.7 FLORA.


He aquí la sierva de la tierra,
He bordado su vestido hermoso y espléndido,
Y el suelo de ella en sus días de alborozo
Con más de una guirnalda de renombre.
Y mientras los más pequeños de la Tierra son de buen grado
Y juegan alrededor del regazo de la Madre
Disemino cada regalo que gano
Del sol y del viento para su gozo.


35.8 EL HUERTO.


En medio del prado mordido y el espacio rapado,
El mundo fuera de residuos y desgastado​​,
Pero aquí en nuestro cercano huerto ,
La recompensa de sus programas de trabajo.
Oh valiente Tierra, Oh feliz año
Que se burla de la amenaza del próximo invierno ,
Y la cuelga en lo alto de árbol a árbol
Las banderas de la primavera están.


35.9 TAPIZ DE ÁRBOLES.


ROBLE.


Soy el árbol en el techo y la quilla;
Yo el puente de los mares de la mala y buena fortuna.


ABETO.
 
En lo alto sobre el roble señorial estoy,
Y le llevare de país en país.


FRESNO.



Sopeso la pesadilla de hierro de mi hermano;
Yo, el eje de la lanza, y construyo la carroza.



TEJO.
 
Abajo en el valle ventoso y oscuro, crezco,
El padre del arco fatídico.
ÁLAMO.



El eje de la guerra y el tazón de ordeño
Que hago, y mantengo toda la carroza del heno.



OLIVO.

El Rey bendigo, las lámparas recorto;
En mi ola cálida nadan los peces.


MANZANO.
Incliné la cabeza a la voluntad de Adán;
Las copas de los hombres trabajadores, lleno.



VID.



Extraigo la sangre de la tierra;
Guardo el sol para la alegría del invierno.



NARANJO.



Entre el verdor de mi noche,
Mis lámparas olorosas cuelgan redondas y brillantes.



HIGUERA.



Yo, que soy pequeño entre los árboles
En la elaboración de la miel acompaño a las abejas.



MORERA.



La falta de amor ha teñido mis bayas rojas:
Para el atuendo de amor mis hojas se caen.



PERAL.



En lo alto sobre las flores de la pradera oculto los pies
Soporto en alto mi dulce carga.




LAUREL.



Mira mis frondosas ramas, la Copa
¡Del canto de vida y de renombre muerto!



35.10 EL HUERTO FLORIDO.
De seda bordado.
He aquí mi jardín sedoso,
y mi cielo sedoso,
Y mis ramas del manzano sedosas
colgando de lo alto;
Todo causado por el gusano
en la cuna de Carle el campesino
En el follaje de la morera
¡cuando el verano estaba caliente!




Traducción Literal del inglés por: J. DIEGO AMOROZ E.®

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