El bello abedul riza sus bucles amarillos
con la negra rama del otoño,
pero las tenacillas se enfrían.
El viento desgarra tenues tiras sedosas
de la desconchada corteza del abedul.
El viento arrecía.
El abedul se mece hacia atrás y adelante.
La belleza nunca tiene tiempo de arreglarse.
HARRY MARTINSON.
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