CÁPSULAS.
El
padre Juan de Dios, tras de los éxtasis
del
amor de Aniceta, fue infeliz.
Pasó
tres meses de amarguras graves,
y,
tras lento sufrir,
se
curo con copaiba y con cápsulas
de
Sándalo Midy.
Enamorado
luego de la histérica Luisa,
rubia
sentimental,
se
enflaqueció, se fur poniendo tísico
y
al año y medio o más
se
curó con bromuro, y cápsulas
de
éter de clertán.
Luego,
desencantado de la vida,
filósofo
sútil,
a
Leopardi leyó, y a Schopenhauer
y
en un rapto de spleen,
se
curó para siempre con la s cápsulas
de
plomo de un fusil.
IDILIO.
Ella
lo idolatrabba, y él la adoraba.
¿Se
casaron al fin?
No
señor; ella se casó con otro.
¿Y
murio de sufrir?
No,
señor: De un aborto.
Y
el pobre, aquel infeliz
¿le
puso a la vida fin?
No,
señor: Se casó seis meses antes
del
matrimonio de ella, y es feliz.
“EL
MAL DEL SIGLO”.
El
paciente:
-Doctor:
un desaliento de la vida
que
en lo último de mí se arraiga y nace,
el
mal del siglo... el mismo mal de Werter,
de
Rolla, de Manfredo y de Leopardi.
Un
cansancio de todo, un ansoluto
desprecio
por lo humano..., un incesante
renegar
de lo vil de la existencia
digno
de mi maestro Schopenhauer
un
malestar profundo que se aumenta
con
todas las torturas del análisis...
El
médico:
-Eso
es cuestión de régimen. Camine
de
mañanita; duerma largo; báñese;
beba
bien; coma bien; cudese mucho:
¡Lo
que usted tiene es hambre!...
JOSÉ
ASUNCIÓN SILVA.
Nació
y murió en Bogotá (1865 - 1896)
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