Las
hadas
Soñé
vagar por bosques de palmeras
cuyos blondos plumajes, al hundir
su disco el Sol en las lejanas sierras,
cruzaban resplandores de rubí.
cuyos blondos plumajes, al hundir
su disco el Sol en las lejanas sierras,
cruzaban resplandores de rubí.
Del
terso lago se tiñó de rosa
la superficie límpida y azul,
y a sus orillas garzas y palomas
posábanse en los sauces y bambús.
la superficie límpida y azul,
y a sus orillas garzas y palomas
posábanse en los sauces y bambús.
Muda
la tarde ante la noche muda
las gasas de su manto recogió;
del indo mar dormido en las espumas
la luna hallóla y a sus pies el sol.
las gasas de su manto recogió;
del indo mar dormido en las espumas
la luna hallóla y a sus pies el sol.
Ven
conmigo a vagar bajo las selvas
donde las Hadas templan mi laúd;
ellas me han dicho que conmigo sueñas,
que me harán inmortal si me amas tú.
donde las Hadas templan mi laúd;
ellas me han dicho que conmigo sueñas,
que me harán inmortal si me amas tú.
Después
de la victoria
I
Con
albas ropas, lívida, impalpable,
en alta noche se acercó a mi lecho:
estremecido, la esperé en los brazos;
inmóvil, sorda, me miró en silencio.
en alta noche se acercó a mi lecho:
estremecido, la esperé en los brazos;
inmóvil, sorda, me miró en silencio.
Hirióme
su mirada negra y fría...
sentí en la frente como helado aliento;
y las manos de mármol en mis sienes,
a los míos juntó sus labios yertos.
sentí en la frente como helado aliento;
y las manos de mármol en mis sienes,
a los míos juntó sus labios yertos.
II
La
hoguera del vivac agonizante:
olor de sangre... Fatigados duermen:
infla las lonas de la tienda el viento:
de centinelas, voces a los lejos...
olor de sangre... Fatigados duermen:
infla las lonas de la tienda el viento:
de centinelas, voces a los lejos...
¡Largo
vivir!... La gloria!... ¿Quién laureles
y caricias tendrá para mí en premio?
¿Gloria sin ti?... ¡Dichosos los que yacen
en la llanura ensangrentada muertos!
y caricias tendrá para mí en premio?
¿Gloria sin ti?... ¡Dichosos los que yacen
en la llanura ensangrentada muertos!
Ten
piedad de mí
¡Señor!
si en sus miradas encendiste
Este fuego inmortal que me devora
Y en su boca fragante y seductora
Sonrisas de tus ángeles pusiste;
Este fuego inmortal que me devora
Y en su boca fragante y seductora
Sonrisas de tus ángeles pusiste;
Si
de tez de azucena la vestiste
Y negros bucles; si su voz canora,
De los sueños de mi alma arrulladora,
Ni a las palomas de tu selva diste,
Y negros bucles; si su voz canora,
De los sueños de mi alma arrulladora,
Ni a las palomas de tu selva diste,
Perdóna
el gran dolor de mi agonía
Y déjame también buscar olvido
En las tinieblas de la tumba fría.
Y déjame también buscar olvido
En las tinieblas de la tumba fría.
Olvidarla
en la tierra no he podido.
¿Cómo esperar podré si ya no es mía?
¿Cómo vivir, Señor, si la he perdido?
¿Cómo esperar podré si ya no es mía?
¿Cómo vivir, Señor, si la he perdido?
Jorge
Ricardo Isaacs Ferrer.
Nació
en Cali, República de Nueva Granada, el 1 de abril de 1837 y murió
en Ibagué el 17 de abril de 1895. Fue un novelista y poeta
colombiano del género romántico. Autor de la novela "María".
Jorge Isaacs vivió durante la consolidación de la República.
Hay un poema que se llama LAUDE A CARTAGENA DE INDIAS pero no se quien es el autor, comienza: Cartagena de Indias Toledo trasplantado, cinturada en roquedo y engolada de mar. Pueden ayudarme?
ResponderEliminares de victor mallarino
EliminarESTA HERMOSA POESIA LA ESCUCHE EN MI NIÑEZ POR PRIMERA VEZ EN LABIOS DE MI MADRE, ME PRODUCE NOSTALGIA PERO ME GUSTA MUCHO, PUES ME LA RECUERDA A ELLA GRATAMENTE.
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