lunes, 1 de abril de 2013

POEMAS DE PABLO MONTOYA.

DANTE.
Sospechar que en la armonía de los astros no está ella, que tal vez su luz se despedaza en el resplandor del paraíso. Y pensar esto es el origen de una condena porque, de súbito, me hallo en la primera página de otro viaje que mi amno escribe. Veo la loba, el león, la pantera, y la encrucijada de sus acechos leo la inscripción que me lanza a la bruma. En el momento indicado digoo: “¡Maestro!”. Pero Virgilio no está. Levanto la cabeza y la veo, ajeno a mí, bordeando los abismos.
Lo llamo y no oye. Corro pero cada paso que doy es uno dado por él. La distancia es atroz y permanente. Entonces, un nuevo infierno, el verdadero, empieza para mí. Sin guía y con la certeza que no hay nadie a quien seguir. Beatriz, grito, y mi eco se une al coro de los condenados.

BOLIVAR.
El General Bolivar se aleja de su ejército. Camina con amargura en los ojos. Observa el paisaje de Pisba y piensa: cómo revelarle a estas tropas miserables el secreto de esta guerra. Cómo explicarles que a pesar de los muertos tendremos la independencia. Cómo contarles a estos hombres devastados por el hambre y frío, el peligro que hay después de la victoria. Cómo decirles que la esperanza nunca se consumará porque nosotros, enfermos de poder, siempre seremos los culpables de su muerte.
Pablo Montoya C.
Nació en Barrancabermeja, Santander, en 1963. 
 

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