Profeta sin futuro
ayer las palabras caían de los árboles
(hoy, ya no tiene voces tu silencio).
Naúfrago sin mar, griegos sin nostalgía
te has convertido en el verdadero Ulises
el que nadie espera;
(eres quien ha visto a la luz
apagando los mundos y los dioses)
y quien sabe que el regreso
es apenas el sueño de los ríos.
Adán sin memoria, no tienes tumba de cielos:
como víctima que carece de ritual
perdiste las leyes de la noche lúcida,
(de la manzana solo recuerdas el trabajo
y es tarde incluso
para cantarle a tu poema).
Amante que aún golpe en puertas de leche
no serás invitado a los funerales de la luna
(y solo tu caricia no hecha
accederá a ser versos).
Poeta despojado de la imagen
la lengua del pecho es tal vez incansable
(pero ya todas tus palabras están solas...)
RESTITUCIONES.
Pretendo
que todo lo perdido se convierta en poema.
Las
heridas como los huracanes tienen nombre. Y aunque ignoro por qué a
mi alrededor nacen los abismos, desde el origen fui mancillado por la
felicidad, por su cima inclemente.
Las
invasoras restas del recuerdo. La pugna de la raíz. La antigüedad
del silencio...
No
pongo flores en el cementerio del sueño, pero continúo a pesar de
todas las arenas movedizas del espíritu.
La
culpa que no te deja partir es el amor.
Y ahora la niebla, la
lluvia, la ausencia...
El
desequilibrio llamado belleza, la terrible orfandad de lo sagrado, la
rosa ígnea que me guía en la desesperación...
Sé
que el camino terminará por encontrarme.
Como
todo lo que se hace visible para morir.
Gonzalo
Márquez Cristo.Nació en Bogotá, en 1963.
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