ABOLENGO.
Del polvode las cenizas turbias
de los huesos roídos por el tiempo
de la carne que se deslíe mordida por los venenos de la tierra
de esos versos que desmenuza Dios
yo vengo
VUELO DE PALABRAS.
Qué
dirán los pájaros de los cantos de los hombres
No del terrible ruido que hacen los motores de sus máquinas
Ni de los gritos de quienes han sido atacados por una
No del terrible ruido que hacen los motores de sus máquinas
Ni de los gritos de quienes han sido atacados por una
voraz enfermedad y no se resignan
a abandonar un |
mundo que ayer no más maldecían
una y otra vez: |
Cuando parados sobre las ramas de los árboles
O sobre los cables del alumbrado
Se nos quedan mirando
De repente absolutamente silenciosos...
Cuando se agitan inquietos
En sus palcos
Mientras afinamos acuciosos las palabras:
Qué dirán los pájaros del canto de los hombres
CANCIÓN.
Todos los días se parte
Todos los días se deja atrás un muelle.
Una casa desde cuya puerta se te dice
Adiós
Y acaso se te quiera unos instantes.
Todas las noches alguien te recuerda
Y baja por la escalera de tu corazón
Hasta la hoguera que encendió
Contigo.
Rafael del Castillo M.
Nació en Tunja, Boyacá, Colombia, en 1962.
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