Al privar de la luz al mundo, la cigarra y el grillo inician un tiempo giratorio y rápido: se amontonan para causar un remolino de saltos y sonidos graves ante el ojo del alucinado o la música del sordo.
El fogonero, cuando prendía la hoguera de roble, solía mirar a la mariposa del fuego que brotaba con sus tildes rojas y las dos gotas de aceite quemando el vivo paisaje de la noche.
Al final, extinta la llama, únicamente podía ver un puñado de líneas delgadas sobre la ceniza.
Gabriel Arturo Castro.
Nació en Bogotá, en 1962.
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