viernes, 13 de julio de 2012

POEMAS DE ZBIGNIEW HERBERT.


EL ÚLTIMO ATAQUE. PARA KLAUS.
Permítanme abrir expresando alegría y admiración
que estamos marchando a la cabeza de nuestras empresas
con uniformes diferentes bajo un mando diferente
pero con un único objetivo-sobrevivir

Me dices-mira aquí, probablemente deberíamos dejar
que estos chicos vayan a casa de su Margot de su Kasia
la guerra es bella sólo en desfiles
pero aparte de eso, como sabemos, el barro y la sangre
y las ratas

Mientras hablas llega una avalancha de fuego de artillería
es ese bastardo de Parkinson que está tomando tanto tiempo
que se encontró con nosotros en el pasado, cuando dimos un paseo
en una ruta irregular de nuestros cuellos sueltos en la barbilla
nuestras manos en nuestros bolsillos nos encontrábamos de licencia ya
cuando Parkinson de repente nos recordó que no era
el fin, sin embargo, que esta guerra maldita aún no ha terminado
ARQUITECTURA.
Más de un delicado arco -
una ceja de piedra -

en la frente serena
de una pared

en las ventanas jubilosas y abiertas
donde hay caras en lugar de geranios

donde rectángulos rigurosos
bordean una perspectiva para divagar

donde una corriente abrió los ojos al lado de un adorno
fluyó sobre la superficie de un campo tranquilo

el movimiento se encuentra la quietud de una línea, se encuentra con un grito
la incertidumbre temblorosa, la sencilla claridad

estás allí
arquitectura
el arte de la fantasía y la piedra

ahí reside tu belleza
sobre un arco
leve como un suspiro

en una pared
pálida por la altitud

y una ventana
llorosa con un panel de cristal

un fugitivo de las formas aparentes
Yo proclamo su danza inmóvil

UNA BALADA QUE NO PODEMOS PERECER.
Los que navegan en la madrugada
pero nunca volverán
dejaron su huella en una ola -

una concha cayó al fondo del mar
hermosa como los labios convertidos en piedra

aquellos que caminaron por un camino arenoso
pero no pudieron llegar a las clausuradas ventanas
a pesar de que ya vieron los techos -

han encontrado refugio en una campana de aire

pero quienes dejan sólo detrás
en un cuarto frío madurando unos pocos libros
un tintero vacío, un papel blanco -

en verdad no han muerto del todo
su susurro viaja a través de los matorrales del papel tapiz
el nivel de su cabeza todavía vive en el techo

su paraíso estaba en el aire
de agua de cal y de tierra a un ángel del viento
que pulverizará el cuerpo en su mano
serán
llevados a lo largo de las praderas de este mundo

ZBIGNIEW HERBERT.
(29 de octubre de 1924 – 28 de julio de 1998.)
Nació en Lwów, Polonia (hoy parte de Ucrania) el 29 de octubre de 1924. De padre banquero y abuelo profesor emigrante de Gran Bretaña a Polonia para enseñar inglés, desarrolló su educación en plena II Guerra Mundial y en la clandestinidad bajo la ocupación nazi. Fue miembro activo de la resistencia polaca. Durante su estancia en Cracovia en 1947 se graduó en Economía. Así mismo estudió Derecho y Filosofía en las Universidades Nicolas Copérnico de Varsovia.
Publicó su primera obra, Struna światła (La cuerda de luz), en 1956, situánsose -así- rápidamente entre los escritores y poetas punteros de la literatura polaca y mundial.
Su segunda colección de versos, Hermes, pies i gwiazda (Hermes, el perro y la estrella), apareció en 1957. En 1961 publica Studium przedmiotu (El estudio del objeto) y en 1962 el ensayo que lo haría famoso en todo el mundo, Un bárbaro en el jardín (Barbarzyńca w ogrodzie).
En 1964 recibió el Koscielski Foundation Prize, y en 1965 el National Austrian Lenau Prize y el Alfred Jurzykowski Prize.
Viajó por toda Europa Occidental y Estados Unidos. En 1973 recibió el Herder Prize y otros muchos más a lo largo de los 70.
Vivió en París, Berlín y Estados Unidos, donde formó parte de la Universidad de California.
Falleció en Varsovia, Polonia, el 28 de julio de 1998. (wikipedia)
TRADUCCIÓN Literal DEL INGLÉS POR: Juan  Diego AMOROZ E.®

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