LOS JARDINES.
Tiempo en profundidad:
está en jardines.
Mira cómo se posa. Ya se
ahonda.
Ya es tuyo su interior.
¡Qué transparencia
De muchas tardes, para
siempre juntas!
Sí, tu niñez, ya fábula
de fuentes.
(Cántico, 1928 – 1950)
NOCHE ENCENDIDA.
Tiempo: ¿prefieres la
noche encendida?
… Bien, radiador,
ruiseñor del invierno.
¡Qué lentitud, soledad,
en tu colmo!
¿La claridad de la
lámpara es breve?
Cerré las puertas. El
mundo me ciñe.
(Canción, 1928 – 1950)
FE Y CAFÉ.
Un
café nunca está lejos
Juan
Larrea, “Diente por Diente”.
El tiempo, corto.
Diminuto el espacio
conocido.
Todo precario en peligroso
borde.
Lo sabemos. ¿Y qué?
Nuestro apego fatal a
tanta vida
Nos mantiene adheridos
A este espacio y su
tiempo,
A esta comunidad
Posible del planeta
-A veces tan infame-
En que a pesar de todo,
Faz a faz, conseguiremos
vivir juntos.
Mira esa flor que vuelve
Con su fuerza amarilla.
Padre o padrastro el sol.
¿A dónde van las hora
Por esa luz profunda?
Escucho voz de sabio:
Algún café jamás está
muy lejos.
Un café con amigo.
¡Tierra!
HACIA.
He vuelto a unos lugares
de otros días.
Yo no buscaba el tiempo
allí perdido,
Pero él salió a
mostrarme y nos hablamos.
Una bruma velaba nuestras
caras,
Melancólicas, dulces,
sonrientes,
Había novedades por
caminos
Que a las metas de
entonces me guiaban.
El campo casi parecía
idéntico.
Flotaba un aura. Todo era
de otros.
Yo no era el mismo entre
memorias triste.
(Y otros poemas, 1973)
JORGE
GUILLÉN.
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