LA
CAÍDA.
Y
yo que soy el rey de toda estaa incoherencia,
yo
mismo torbellino, me angustio por fijarla
y
giro hasta partir... Pero todo se me resbala
entre
bruma y somnolencia.
Si
acaso en mis manos queda un pedazo de oro,
se
vuelve falso... lo arrojo lejos...
Yo
muerto de desdén frente a un tesoro,
muero
de penuria, por exceso.
Me
elevo en el color a fuerza de quebranto,
extiendo
los brazos del alma -¡y ni a un espasmo venzo!...
Me
meneo en la sombra- en nada me condenso...
todavía
yo vibro agonías de luz, sin embargo.
No
me puedo vencer, pero me puedo aplastar,
-vencer
a veces es lo mismo que caer-
Y
como aún soy luz, en ungran retroceso,
con
iras ideales asciendo hasta el fin:
Miro
desde lo alto el hielo y hacia él me arrojo...
…................
Caí...
Y
me quedo solo, ¡aplastado sobre mí!...
De:
Dispersao.
FIN.
Cuando
me muera que arresten las latas
Vengan
los saltos y los mitotes*
Hagan
estallar en el aire los chicotes,
¡Llamen
a payasos y a acróbatas!
Que
mi cajón vaya sobre un burro
Adornado,
enjaezado a la andaluza...
A
un muerto nada se le rehúsa,
¡Yo
quiero a fuerzas ir en un burro!
De:
Os últimos Poemas de M. de Sá-Carneiro.
Mario
de Sá-Carneiro.
Nació en Lisboa el 19 de mayo de1890 y se suicidó en París el 16 de abril de 1916.
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