PIEDRA
A PIEDRA.
Se
puede cosechar una palabra
como
un buen rencor.
Es
posible que la palabra reloj se mueva,
pero
su tiempo es inmóvil.
Hay
algo indescifrable en la palabra enigma,
pero
una vez resuelto,
el
enigma es más profundo.
Todos
gritan una sola palabra al unísono,
pero
cada uno, míseramente,
reclama
lo suyo.
Un
misterio no develado
yace
en la palabra misterio.
Cuando
descubrimos
la
desolación del hombre,
comprobamos
lo animales que somos
de
mudas y estériles palabras.
Piedra
a piedra,
palabra
a palabra
hemos
levantado
las
más oprobiosas ignominias.
Piedra
a piedra,
palabra
a palabra,
también
hemos sabido
derrumbar.
PAÍS
DE AGUJEROS.
I.
He
ahí la llave para abrir la jaula
de
las palabras.
Acércate,
que no
vacile
tu mano al liberarnos.
II.
Aquí
nadie puede lanzar
la
primera piedra,
no
porque no haya culpables
en
este país de agujeros.
Y
a todos estamos muertos
bajo
las piedras.
III.
Y
si alguna tarde
nos
volviere a traer
el
trino de un pájaro
o
el celo de un animal,
no
hagamos caso de ella
ni
de sus señuelos;
es
una vieja costumbre
con
la que suele engañar
a
los muertos.
Nació
en Zapatoca, Santander, en 1960.
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