PARA
TI.
Para
ti (tal vez duermas ahora en una nube
de
sueños de lana) no es éste mi único poema.
Para
ti, la victoriosa, sonriente, bella,
pero
también para ti la triste, vencida.
(aunque
nunca llegaré a entender
quien
sería capaz de vencerte)
para
ti la desconfiada, intranquila,
para
ti escribo poema tras poema,
como
si quisieras algún día, cual tortuga,
llegar
por medio de palabras imperfectas
y
de imágenes allí donde estás hace tiempo,
allí
donde te llevó el relámpago de la vida.
LA
MUERTE DEL PIANISTA.
Mientras
otros se sumían en guerras
o
en negociaciones, o yacían
en
camas estrechas de hospitales
o
en campos forzados, él día tras día.
Ensayabas
las sonatas de Beethoven;
y
sus escuálidos dedos, como los de un avaro,
tocaban
gandes riquezas
que
no eran suyas.
CIRCO.
Mira:
tu deseo cuelga del trapecio.
También
eres tú el payaso, y el tigre domado
que
pide clemencia te recuerda a alguien.
Hasta
te gusta la música
barata
de feria, parece
que
empiezas a conciliarte
con
tu época (si lo hacen todos,
¿por
qué yo no? Dices).
Pero
¿por qué han instalado la carpa
del
circo en el antiguo cementerio?
LÍNEA
NÚMERICA.
Escribo
sólo sobre los muertos,
me
dijo un clochard.
Pronto
llegará el verano.
En
la línea Porte de Clígnancourt-
Porte
d'Orléans siempre se propaga el olor
a
papel quemado; en la parada Saint-Michel
una
rata fisgona parece preguntar:
¿en
qué siglos estamos, señores mios?
He
ido abriéndome paso por este día.
Se
me ha vuelto a escapar lo esencial.
Adam
Zagajewski.
Poemas
extraídos de texto: “Deseo”.
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