miércoles, 7 de marzo de 2012

LOS POTROS.

Atropellados, por la pampa suelta,
los raudos potros en febril disputa,
hacen silbar sobre la sorda ruta
los huracanes en su crin revuelta.

Atrás dejando la llanura envuelta
en polvo, alargan la cervíz enjuta,
ya su carrera retumbante y bruta
cimbran los pindos y la palma esbelta.

Ya cuando cruzan el austral peñasco,
vibra un relincho por las altas rocas,
entonces paran el triunfante casco,

resoplan roncos, ante el sol violento,
y alzando en grupo las cabezas locas
oyen llegar el retrasado viento.

JOSÉ EUSTACIO RIVERA  (San Mateo-Rivera, Colombia; 19 de febrero de 1889 – Nueva York, Estados Unidos; 1 de diciembre de 1928)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

A VECES LLEGABAN ... CARTAS.

Las cartas de amor no se estilan hoy en día, pero fueron y seran importantes dentro de la historia de la humanidad por la expresión de se...