EL
MANANTIAL.
Mirad bien ¡Ahora!
Blancuras en curva
Triunfalmente una
-Frescor hacia forma-
Guían su equilibrio
Por entre el tumulto
-Pródigo, futuro-
De un caos ya vivo.
El agua desnuda
Se desnuda más.
¡Más, más, más!
Carnal,
Se ahonda, se apura.
¡Más, más! Por fín
¡viva!
Manantial, doncella:
Escorzo de piernas,
Tornasol de guijas.
Y emerge -compacta
Del río que pudo
Ser, esbelto y curvo-
Toda la muchacha.
(De: Cántico, 1928-1950)
CIMA
DE LA DELICIA.
¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
Resuelto en lejanía.
¡Hueste de esbeltas
fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
En el espacio airoso,
Henchido de presencia!
El mundo tiene cándida
profundidad de espejo.
La más claras distancias
Sueñan lo verdadero.
¡Dulzura de los años
Irreparables! ¡Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!
Más, todavía más,
Hacia el sol, en volandas
La plenitud se escapa.
¡Ya sólo sé cantar!
(Cántico, 1925 – 1950).
PERFECCIÓN.
Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el
día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la
rosa,
A un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que el pie caminante
siente
La integridad del planeta.
(Cántico 1928 – 1950)
LOS
RECUERDOS.
¿Que fue de aquellos días
que cruzaron veloces,
Ay, por el corazón?
Infatigable a ciegas,
Es él por fin quien
gana. ¡Cuántos últimos goces!¡
Oh tiempo: con tu fuga mi
corazón anegas!
(Cántico, 1928 - 1950)
JORGE
GUILLÉN.
Nacio en Valladolid, en 1893. M. en Málaga 1984.
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