martes, 2 de octubre de 2012

POEMAS DE JUAN LARREA II.

PUESTA EN MARCHA.
Entre estos charcos de flauta
qué ave herida persigue el universo

Candado diluido en mi metal de voz

Mi temperamento superficial
está helando a favor de un alma fina
y el viento se escuece en un baldio roto

Esta oscura actitud de puente
que adopta estirándose el silencio
este buscar ojos y encontrar alicientes
este ausentarse en sábanas y al menor descuido
como una barca trasmitida de padres a hijos
y cuando la marina de un ciego se estremece
este no ser ajeno a una docena de suspiros
serán siempre un buen camino
para hacer de un álamo una excusa cortés

Como siempre el cielo finge un hermoso desinterés
y deja flotar al borde sus extremidades
pero ved las palomas que se desprenden de sus pies
al menor cambio de tiempo
De: “Metal de voz” 1934.

ESPINAS CUANDO NIEVA.
En el huerto de Fray Luis.
Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella
estrella entre mis cenizas

Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatura
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno

Tú que en la lacoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven
hacia el pecho más débil.

Tú que asumes luz y abismo al borde de esta carne
que cae hasta mis pies como una viveza herida

Tú que en selvas de error andas perdida

Supón que en mi silencio vive una oscura
rosa sin salida y sin lucha.
De: “Pérdida pura” 1928.

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