miércoles, 28 de noviembre de 2012

POEMAS DE LUIS CERNUDA.

Remordimiento en traje de noche
Un hombre gris avanza por la calle de niebla;
No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;
Vacío como pampa, como mar, como viento,
Desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.

Es el tiempo pasado, y sus alas ahora
Entre la sombra encuentran una pálida fuerza;
Es el remordimiento, que de noche, dudando,
En secreto aproxima su sombra descuidada.

No estrechéis esa mano. La yedra altivamente
Ascenderá cubriendo los troncos del invierno.
Invisible en la calma el hombre gris camina.
¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda.

De: Un río, un amor, 1929.
QUÉ RUIDO TAN TRISTE
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.

Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto

De: Los Placeres Prohibidos, 1931.

Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

De: Donde Habite el olvido, 1934.
Luis Cernuda.
(1902-1963), poeta y ensayista español, uno de los más destacados de la generación del 27, nació en Sevilla, hijo de un padre militar, comandante de ingenieros, que lo educó de forma autoritaria en un ambiente de rígidos e intransigentes principios. Pasó una infancia feliz, protegido por sus dos hermanas mayores.
En 1947 se marchó a Estados Unidos, donde trabajó como profesor en Mount Holyoke y donde permaneció hasta 1952, año en que decidió marcharse a México, donde murió en 1963.
La poesía de Cernuda recuerda a la de los románticos por su actitud apasionada y su espíritu eternamente insatisfecho. Su poesía podría emparentarse con la del poeta romántico español Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870).
La poesía de Cernuda refleja una gran variedad de temas y corrientes. No obstante, tiene un tema central: la soledad, la tristeza, el sufrimiento y la incomprensión. El poeta se lamenta de lo difícil que le resulta al hombre alcanzar sus sueños, como si la vida real se empeñase en alejar al ser humano de los que más desea. (Tomado de Hispanoteca.eu)

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