martes, 20 de noviembre de 2012

POEMAS DE JOAQUÍN MATTOS OMAR.

OTRO DÍA DE TRABAJO.
Tengo
tantas melancolías
en mi alma
que no sé
por cual de ellas
empezar a sufrir.

OJO POR OJO.
A través de la horqueta que forman las ramas de un mango -para ella, una rendija- asoma la luna su enorme y brillante globo ocular, que se me lanza encima, todo, rotundo, con una mirada de inquisición implacable.
A ese ojo pétreo, trato de oponer el brillo efervescente con que una suave ebriedad natural irradía en los míos.
Luna, el fuego con que miras es tranquilo, casi helado. El mio, se agita como el de una hoguera.
 
LAS VIEJAS HERIDAS.
Las viejas heridas
son monstruos que duermen con pérfida placidez,
furias transitoriamente desactivadas,
intervalos de silencio entre dos gritos desgarrados,
que un mal día
despiertan a un terrible conjuro,
despiertan a un terrible llamado
de algún invisible y atroz enemigo,
y renuevan su punzada, su dolor,
como un extendido cuero de tigre
que, en el centro de la apacible sala,
reincorporándose de súbito, se arrojara contra nosotros,
armado otra vez de rugidos y de garras.

Soltando la costura a su sórdida materia,
las viejas heridas vuelven a ensangrentar la vida,
dejando brotar lo que debió
permanecer cegado para siempre.

Joaquín Mattos Omar.
Nació en Santa Marta, Magdalena, en 1960. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

A VECES LLEGABAN ... CARTAS.

Las cartas de amor no se estilan hoy en día, pero fueron y seran importantes dentro de la historia de la humanidad por la expresión de se...